sábado, 12 de septiembre de 2009

SERIE: MI ABUELA Y YO

A LA ESCUELA CON MI ABUELA
Cuando estuve en el kinder usaba un pantalón corto azul, y una camisa que parecía marinero y paco se reía de mi; cerca de mi casa estaba la Escuela de Ensayos “Dionisio de Herrera”, educación de calidad, inigualable, alli conocí a muchos niños de mi edad, que
hoy son grandes glorias profesionales y que con algunos nos contactamos, de otros no
me acuerdo, aunque ellos si, pero los saludo por cortesía. Recuerdo el día que me matricularon al primer grado en 1963 el año que votaron al “gorrioncillo pechito rojo”, una “chillazon” que me pego porque miraba la cara de Amparito la Directora como  cara de ogro y vea que quede bien recomendado por parte de mi abuela ya que tambien Paco había egresado de la misma escuela. De aquí tambien salieron algunos de mis hermanos.

Bueno; recuerdo con gran satisfacción a mis maestras, la profesora Estela de primer grado, hicimos un carro de papel, cuyas ventanas eran de papel transparente y alli comenzó el calvario de mi pobre abuela cuando comencé a sacar las uñas; me pasaba pegándole en la cabeza a todos los alumnos desde atrás hacia adelante, la Directora Amparito Irías me aguantaba porque era recomendado de “doña Tona” y porque “paquito” había sido un buen estudiante; conocí  a la famosa Lucita otra prima e hija del tío de guaimaca. Actualmente Lucita  vive en los Estados Unidos y  todavía me las debe y ya sabrán porque...

La profesora Cristina Duncan Berttety era amiga de mi abuela, igualmente que la profesora Vilma y Martita Lagos todavía ellas muy jóvenes; recuerdo a una maestra que era bien “tururú” Cordelia de Fu y sus hijos, trabajó muchos años alli y paco la admiraba como una buena maestra.

Con mis calzones cortos, mi loncherita (llevaba un termito con leche y un pan con mantequilla) y un bolsón de puro cuero que me compro mi abuela a veces me daba Lps. 0.10 para una Tropical, en ese tiempo no habían churros, solo confituras, dulces de leche y pega dientes. Me acuerdo de la porterita (también se llamaba Amparito), al eterno profesor de música Rene Valladares (excelente pianista) y a los bailarines de danza española Pepe y Maruja que hacían sus presentaciones en la escuela.

En el año de 1965 me quede en 3er grado porque no hacia mis tareas; en este tiempo recuerdo al tío de guaimaca que ya vivía con una señora de nacionalidad salvadoreña y cuando venían de la Hacienda se quedaban en un cuarto de los tantos que tenia Toñita Fuentes frente a la Compañía que vendía vehículos, en la séptima avenida de Comayaguela; me había hecho de amigos como Víctor Campos el hijo de la profesora Lupita Campos, Pedro un medio hermano de Víctor; los hermanos Graciela y Arturo Zelaya Galindo que siempre han vivido en la Col. La primavera; los hermanos Elisa y Manuel, hijos del Doctor Manuel Carrasco; Manuel Carrasco Villela labora actualmente para el hospital Escuela, ellos vivían en la tercera avenida de Comayaguela; tambien con Juventino el hijo de Gloria Méndez tambien de la tercera avenida; Oscar Tobar el hijo del profesor que lleva su mismo nombre; Margarita Ochoa, Toño Ardon el hijo del profesor Víctor F. Ardon, Elias Cáceres hijo de la profesora Lila Cáceres; los hermanos Suasnavar de la séptima avenida, hijos de Constantino Suasnavar; Gustavo Zeron Pipitone hijo del abogado del mismo nombre y su madre doña Giacomina Pipitone y otros que no recuerdo. La rivalidad de nuestra escuela era la Argentina y la Lempira de las pocas escuelas que habían en Tegucigalpa, era un pleito terrible y nos decíamos: La de Ensayo pata de gallo y la Argentina pata de gallina.

Pues el tío de guaimaca  y su doña que se llamaba Adelaida  (Adelita) me ayudaban a hacer mis tareas principalmente de aritmética con la cual era tozudo; me decía Adelita: - Te voy a dar una banana (tropical) si me repetís las tablas del 1 al 5 – y Lps. 1.00 por las restantes- y comenzaba a rezar las tablas; pero mi tío salía con el chilillo y le decía: - Cual banana- “ ya te voy a mamonear” me replicaba, y asì de esta forma sin esperar nada a cambio me fui formando gracias a la buena disciplina.

Todavía guardo en mi haber la enseñanza de la Escuela (no como la de ahora) que me han servido en toda mi vida hasta hoy. En mis vacaciones de la Escuela mi tío me llevaba junto a mis hermanos  a la Hacienda en Guaimaca, casi dos meses; a montar  a caballo, a tomar leche, a ver los animales, etc... eran dias encantadores para nosotros, pero siempre me miaba en la cama.

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