miércoles, 10 de noviembre de 2010

ENTRE LA AVARICIA, CODICIA Y AMBICION

Quiza exista un refran que hable sobre estas dos palabras, a ver que nos dice la Real Academia de la Lengua Española que segun me contaron ya desapareciò del mapa:

AVARICIA Y CODICIA: La avaricia es una inclinación o deseo desordenado de placeres o de posesiones. La codicia, por su parte es el afán excesivo de riquezas, sin necesidad de querer atesorarlas.
La codicia (o a veces la avaricia) se considera un pecado capital, y como tal, en cualquier sociedad y época, ha sido demostrada como un vicio. En efecto, al tratarse de un deseo que sobrepasa los límites de lo ordinario o lícito, se califica con este sustantivo actitudes peyorativas en lo referente a las riquezas.
La codicia es un término que describe muchos otros ejemplos de pecados. Estos incluyen deslealtad, traición deliberada, especialmente para el beneficio personal, como en el caso de dejarse sobornar; búsqueda y acumulación de objetos, estafa, robo y asalto, especialmente con violencia; los engaños o la manipulación de la autoridad son todas acciones que pueden ser inspirados por la avaricia.

AMBICION: La ambición es el deseo ardiente de poseer riquezas, fama, poder u honores. En ocasiones, una persona ambiciosa podría dañarse a si mismas o a los demás para conseguir lo que desea.

En nuestro medio hay mucha inclinaciòn a estas costumbres, que se convierten en vicios tal y como describen las sinopsis a estas palabras de  "peso". Para algunos son un delirio y una satisfacciòn plena dañar a propios y extraños.

Estas se aplican principalmente a las herencias, a los herederos; a veces aunque el causante o heredador (cuando es muy senil y no se vale por si mismo) no haya fallecido; los herederos se fajan para conseguir  poder documentado (hacen firmar papeles con otros intereses, o quiza dormido le sacan su huella digital) amplia y suficiente para poder ejercer el derecho a nombre del causante, aunque esta no sea su voluntad y para esto se prestan los "leguleyos" abogados traficantes de influencias, segùn sea de grande o se mueva su interes.

Estos subditos de la avaricia, la codicia y la ambicion desmedida, les importa un comino que sus parientes vivan como el peor de los mendigos, cuando se trata de repartir el pastel ya sea de forma ilicita o en cumplimiento de una voluntad; siempre velando primero por su bienestar, asegurando un mejor futuro para sus hijos aunque a los demas les toque solo un mendrugo de pan y se conformen con las migajas de la herencia. Hay casos en que los conyuges son autores intelectuales importantes de primea linea, a veces en falsificacion de documentos o en usurpar la autoridad del otro, para beneficio de sus fines hereditarios y de sus allegados con privilegios mas que otros.

Por eso dice un refran biblico que: "la raiz de todos los males, es el amor al dinero".

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