martes, 23 de febrero de 2016

LA MACISA



maccih.37(800x600)Tanta polvareda desde que desajustaron las cuentas del IHSS y otras instituciones; tanto gas consumido en antorchas solicitando una CICIH que viniera a desbaratar a los corruptos y a los que les encanta la impunidad, mas que la inmunidad.

Hoy han querido callar esas voces de los indignados trayendo una maciza (creo que yo que es el mejor nombre), una organización que viene a hacer las del gato " a tapar la caca de los ladrones".

Se traen un cuentecillo barato, que su labor será independiente; pero eso de independiente ya trilla en nuestros oídos, desde que la CSJ y el CN dejaron de serlo y prestarse a las jugarretas de JOH.

El Partido LIBRE, después de ser el defensor referente de las injusticias sociales; hoy dice que apoyara a la tal macisa y aunque no, le caeria la aplanadora de los treinteros cachurecos; a quienes no les da ni frio ni calor, porque esa tal macisa ya trae sus informes a la altura y medida de la camisa de JOH.

¿Le podemos dar el beneficio de la duda?, quizá; pero por los vientos que soplan, dadas las respuestas a los periodistas y a otros interlocutores han sido débiles y no concuerdan con nuestra realidad.

Así que macizos alistemonos a ver que sale de esa coladera entre cachurecos y esa tal MACCIH, quizá no solo sea pedorrera sino que den algo bueno, aunque sea alguna esperanza para los malos de nuestro país.

SEIS DECADAS

RUMBO A LA SENILIDAD

Tercera edad es un término que hace referencia a las últimas décadas de la vida, en la que uno se aproxima a la edad máxima que el ser humano puede vivir; y con la vida y tipo de alimentación que llevamos quien sabe hasta cuándo podemos aguantar; hay personas que llegan a los 100 años y otros pasan la meta.

Resultado de imagen para imagenes de tercera edadEn esta etapa del ciclo vital, se presenta un declive de todas aquellas estructuras que se habían desarrollado en las etapas anteriores (juventud), con lo que se dan cambios a nivel físico, cognitivo, emocional y social. A pesar que esta fase tiene un punto final claro (la muerte), la edad de inicio no se encuentra establecida específicamente, puesto que no todos los individuos envejecen de la misma forma. No obstante, debido que la edad biológica es un indicador del estado real del cuerpo, se considera que se trata de un grupo de la población que tiene 65 años de edad o más.

Por vanidad, por conveniencia, por costumbre, o por lo que sea, las personas generalmente ocultan su edad, al punto que preguntar por ésta ha llegado a considerarse como una falta de educación e incluso como una ofensa, sobre todo cuando se trata de mujeres. Claro está que eso no se predica de todas, pues generalmente las muy jovencitas y las bien mayorcitas no tienen inconveniente en confesarla. Las primeras, porque no tienen motivos para ocultarla, y las segundas, porque ya no tiene sentido esconder algo que de por sí se hizo ya muy evidente.  Así las cosas,  la preocupación por la edad se contrae a aquella franja que oscila entre uno y otro extremo.

Sin embargo, se dan situaciones en que decir la edad, e incluso aumentarla, genera dividendos. Basta observar cómo mujeres de edades cercanas a los  55 años y hombres de 60 o un poquito más, no tienen reparos en ubicarse en la cola de los “viejitos” cuando se acercan a las ventanillas de los bancos.  Es allí y en ese momento en donde la señora que recién llegó al “quinto piso “y  el “sesentón” que ya ha empezado a pintarse o chinoliarse las canas y el bigote.

Ahora bien, el asunto se vuelve serio cuando nos vemos avocados a tener que desprendernos de esas veleidades y ubicarnos en el lugar que realmente nos corresponde.  Sabemos que ya no somos jóvenes, pero sentimos que todavía no nos merecemos que nos llamen ancianos.

Y entonces viene la pregunta que siempre creímos que tardaríamos mucho en planteárnosla, pero que de pronto se nos vino encima: ¿Somos viejos?, ¿somos de la tercera edad?  ¿Somos adultos mayores? somos ancianos? ¿Qué carajo somos!!!?  ¿Quién nos puede responder esa pregunta?  Los amigos y nuestros padres mayores que nosotros nos dirán que todavía “aguantamos”, “que estamos en la plenitud de la vida”, los jóvenes nos responderán que “ya estamos pitando en las curvas” o que nos miamos en los zapatos y  los mayores nos subirán el ánimo diciéndonos que aún estamos muchachos; y nos sentimos como en las nubes, pero que fiasco.  

Cuando una persona ya sea hombre o mujer cumple 50 años los celebra, pero cuando entra a los 60 ya no los festeja con el mismo entusiasmo porque la sociedad  comienza a calificarlos como personas de tercera edad, son los que ya están por jubilarse, o ya se jubilaron, algunos viven con su familia, otros viven solos. Yo como no gasto energías en celebrar aniversario no me preocupa.

A estas alturas y pasando de los 50; los que se han dejado crecer la “timba o la viola” cuando ven a una jovencita comienzan a hacer abdominales para tratar de llegar a ser el papa de Superman;  ya las bisagras comienzan a tronar y rechinar como catre viejo,  ya sus horas de dormir se van opacando; las reumas comienzan a aflorar y cree que la medicina esta en lo que dicen todos los médicos que se encuentra en la calle; las arrugas (aunque yo tengo pocas) inician su recorrido como callejuelas y hay otros que se les nota la marca del zorro y ¿ quién ha dicho que las  canas representan senilidad?, tengo parientes y amigos que nacieron canosos sin ser albinos.

Pero en fin, esta es la edad diaria que dios nos da; aunque la Biblia dice que son 70 y los más robustos 80 con todos sus achaques; ante todo esto, le doy gracias a mi Dios por haberme dado tanto y de aguantarme tanto tiempo en estas seis décadas de vida; gracias por la gran y numerosa familia: mis padres, abuelos, tíos, primos y otros afines;  gracias eternas a mi Dios por mi bella familia, mi esposa y mis dos hijos: Allan y Andrea; gracias también por quienes me rodean MIS AMIGOS  por quienes guardo un alto aprecio.

Dios me dio la dicha de nacer el mismo día que nació mi padre RENE SAMAYOA (el cumple 89) Dios me lo guarde y me lo cuide hasta que Él diga.