domingo, 23 de abril de 2017

REQUIEM POR EL SENTIDO COMUN

Por: Profesor Jose Arnaldo Gomez Alvarado
Foto del perfil de José Arnaldo Gómez Alvarado, La imagen puede contener: una persona
Hoy lloramos la muerte de un querido amigo, 'Sentido Común', que había estado entre nosotros durante muchos años.


Nadie sabe a ciencia cierta cuántos años tenía, puesto que los datos sobre su nacimiento hace mucho que se han perdido en los vericuetos de la burocracia.

Será recordado por haber sabido cultivar lecciones tan valiosas como que hay que trabajar para poder tener un techo propio sobre la cabeza; que se necesita leer todos los días un poco; saber por qué los pájaros que madrugan consiguen lombrices, y también por reconocer la validez de frases tales como 'la vida no siempre es justa' y 'tal vez haya sido yo el culpable'.

Sentido Común vivió bajo simples y eficaces consignas (no gastes más de lo que ganas), y estrategias parentales confiables (los adultos están a cargo, no los niños)

Su salud comenzó a deteriorarse rápidamente cuando se aplicaron reglas bien intencionadas pero ineficaces: informes respecto a un niño de seis años acusado de abuso sexual por haber dado un beso a una compañera de clase; adolescentes que debieron irse a otro colegio por haber denunciado a un compañero distribuidor de droga, y una maestra despedida por reprender a un alumno indisciplinado, sólo hicieron que empeorara su condición.

Sentido Común perdió terreno cuando los padres atacaron a los maestros, sólo por hacer el trabajo en el que ellos fracasaron: disciplinar a sus ingobernables hijos.

Declinó aún más cuando las escuelas debieron requerir un permiso de los padres para administrar una aspirina, poner protector solar, o colocar una curita a un alumno.

Aunque eso sí, no podían informar a los padres si una alumna estaba embarazada y quería abortar.

Sentido Común perdió el deseo de vivir cuando los Diez Mandamientos se convirtieron en material risible, algunas iglesias en negocios, y los criminales empezaron a recibir mejor trato que sus víctimas.

Para Sentido Común fue un duro golpe que uno ya no pueda defenderse de un ladrón en su propia casa, pero que el ladrón pueda demandarnos por agresión; y que si un policía mata a un ladrón, incluso si éste estaba armado, sea inmediatamente investigado por exceso de defensa, cuando no acusado de gatillo fácil.

Y así, muchísimos casos más de nuestra vida terrenal.

La muerte de Sentido Común fue precedida por la de sus padres, Verdad y Confianza;  la de su esposa, Discreción; 
 la de su hija, Responsabilidad, y la de su hijo, Raciocinio .

Le sobreviven sus tres hermanastros: 'Conozco Mis Derechos', 'Otro Tiene la Culpa', y 'Soy Una Víctima de la Sociedad'.

No hubo mucha gente en su funeral porque muy pocos se enteraron de que se había ido.

Si aún lo recuerdas y en algún momento lo apreciaste, hónrale reenviando este mensaje a toda la buena gente que lo conoció y valoró.

En caso contrario, únete a la mayoría y no hagas nada..

domingo, 2 de abril de 2017

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LA OTRA HONDURAS


La imagen puede contener: cielo, árbol, exterior y naturalezaPOR: ALFONSO COTARELO LOPEZ

La Tegucigalpa de antes y la llegada de los Walther
El buen amigo Micky Andonie mantiene un sitio de internet, cuya visita es casi obligatoria para quienes gustamos de lo nuestro, con el sugestivo nombre de “leahonduras.com”. Ahí nos encontramos el libro de don Marco Antonio Rosa “La Tegucigalpa de mis recuerdos” de donde tomamos esta historia dominical:

Lo que deseo referirles es un cumulo de recuerdos casi ya borrados de mi mente, de una época en que Tegucigalpa apenas contaba con 30 años de ser Capital de la República, porque no debe olvidarse que esta ciudad fue declarada Capital en el año de 1880 por el Gobierno Reformador de Soto y Rosa; así que, permítanme hablar de lo poco que recuerdo desde 1910, cuando apenas yo era un niño.

Los límites de esta ciudad al oriente eran el Barrio del Guanacaste, que fue bautizado por el nombre de este árbol que estaba plantado en la terminación de esa calle, ya que entonces no existía puente, sino la corriente del Rio Chiquito.

Al poniente de la ciudad, el Barrio Abajo, formado por unas pocas casas de humilde construcción, cercadas estrechamente por robledales y pinos.

Al norte, La Leona, donde se alojan solo personas de pobre economía, así que era la parte mas desagradable de la ciudad. Me contaba mi madre que allá por 1905 ó 6, vino un alemán llamado Gustavo Walther, quien pronto estableció amistad con el General Manuel Bonilla, presidente de la República, y una vez que se encontraron en el Parque Central, el doctor Walther mirando hacia El Picacho, le manifestó al Mandatario que estaba dispuesto a establecerse en esta Capital, para prestar gratuitamente sus servicios como médico y, que deseaba comprar un terreno como de unas cinco manzanas, donde construiría una hermosa casa para habitación y despacho. El General Bonilla sonrió por la ocurrencia del alemán de irse a vivir a ese lugar tan agreste y lejano como las faldas de El Picacho. Además, le advirtió, que se aseguraba que en aquellos andurriales tenia su guarida una Leona feroz que había devorado varias personas que se atrevieron a ir a ese extraviado lugar… Pero Walther se río y dijo que él era un buen tirador y que no temía a animal alguno y fue entonces cuando el Mandatario le cedió las manzanas de terreno que él solicitaba. Allí edifico una hermosa casa de piedra y lodo (sin utilizar la mezcla de cal y arena como se acostumbraba). Todos los albañiles capitalinos dijeron entonces que la casa se vendría abajo con los primeros aguaceros, pero el edificio después de más de medio siglo sigue en pie. Allí quedó establecida su vivienda y su clínica que años después fue muy visitada.
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La vivienda sigue allí y con un saludo a sus descendientes que me honran con su amistad, ahora, usted también lo sabe.

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DE CIFRAS Y PORCENTAJES

Por: Víctor Meza
redaccion@criterio.hn
Tegucigalpa.-Jugar con los números, especular con ellos, construir, reconstruir o destruir utilizando los números, puede ser un juego tentador, puesto en práctica con demasiada frecuencia por los analistas y expertos de toda laya que utilizan las cifras para elaborar porcentajes y medir, según ellos, las tendencias electorales de la población. Con ocasión de las recientes elecciones internas y primarias que llevaron a cabo tres partidos políticos, hemos tenido la oportunidad de comprobar, una vez más, el juego alocado de las cifras y la construcción arbitraria de porcentajes y “hallazgos” en las estadísticas manipuladas y en las encuestas pactadas.
Divierte ver las mil y una piruetas semánticas que ciertos analistas hacen para acomodar las cifras y las estadísticas en general, de acuerdo con sus simpatías o antipatías políticas y en base a sus conclusiones previamente elaboradas. Es conocida la historia aquella del analista a quien los ladrones le saquearon su oficina y, al declarar ante la policía y enumerar los objetos robados, el vigilante de turno, hombre ingenuo si los hay, lamentó que hubieran saqueado la caja fuerte en donde el único objeto de valor eran los resultados numéricos de las próximas elecciones… ¡Vaya que era previsor el hombre!
Divierte menos comprobar la forma un tanto ingenua, y a veces simplemente cínica, con la que algunos expertos en temas electorales juegan con cifras que, lo saben muy bien, son falsas o están infladas artificialmente para simular una fuerza electoral que sus manipuladores no tienen pero sueñan tener. Muchos de los actuales dirigentes políticos avalan estas prácticas de manipulación estadística y las promueven. El Tribunal Supremo Electoral las tolera o fomenta  y no se atreve a denunciarlas y mucho menos a castigarlas. Y así, navegando entre la tolerancia cómplice y la voluntad fraudulenta, el manejo arbitrario y trucado de las cifras, termina convirtiéndose en una maniobra habitual, permitida por los partidos políticos y, lo peor de todo, aceptada o tolerada sumisamente por la gente. Todo ello conduce a una opinión pública distorsionada y desinformada o malinformada que, para los efectos prácticos, viene siendo lo mismo.
Pero lo realmente inaceptable es que ciertos analistas y comentaristas de escaso rigor y cuestionable ética, utilicen las cifras falsamente acomodadas para presentarnos sus sesudos “análisis” y convencernos de la certeza de sus hallazgos y conclusiones. Saben muy bien que los números han sido artificialmente colocados para producir sumas asombrosas de votos. Conocen el método y, lejos de cuestionarlo, lo utilizan y hasta reproducen o perfeccionan. De esa forma se desinforma a la población, se le manipulan sus percepciones y, al final, se genera un falso conocimiento de la realidad. Pero, paradoja de paradojas, también engañan a su propia militancia partidaria, generando un falso sentimiento de triunfalismo o de prepotencia institucional.
En esta fauna de sabelotodos hay de todo. Desde los presentadores de televisión que se han vuelto comentaristas políticos hasta los locutores radiales que promueven sondeos artesanales y nos dicen que son encuestas. Todos forman parte del laberinto falsificado y falsificador de las cifras y porcentajes electorales. Al final, la manipulación llega al límite y genera sospecha y desconfianza entre los más ilustrados y acuciosos o entre los menos atolondrados. Las firmas encuestadoras, con las pocas, poquísimas, excepciones ya conocidas, acaban perdiendo toda credibilidad, reconvertidas en oficinas de regateo y oferta ante el mejor postor. Hubo uno de esos profesionales de la falsedad que hasta exigía pasaporte diplomático para él y su amante a cambio de unos puntos más y otros puntos menos, debidamente distribuidos entre los financistas de la encuesta y sus adversarios políticos. Y el presidente de entonces urgía al pobre Canciller para que diera satisfacción a la voracidad documental del encuestador foráneo…
El tonto cuando se calla parece sabio,  dice el refrán popular. Bien harían muchos de esos analistas y comentaristas electorales en guardar algo más que un minuto de silencio por la verdad ofendida, y reservarse sus análisis y conclusiones para el día en que podamos volver a confiar en la certeza de los números y la objetividad de los porcentajes. Día vendrá en que todo será distinto. Así lo espera la patria…dicen los funcionarios públicos al juramentarse como tales…

CINE EN SU HOGAR



Por: Tito Ortiz



La imagen puede contener: una persona, sentada e interiorCasi todas las noches acompaño a mi suegra a ver una película. Solo la vemos ella y yo, sentados en dos sillones elegantes y cómodos en frente de una televisión plasma grande. Le pongo alto el volumen para que parezca cine la cosa. Cuando compro las películas pienso en las que a ella le gustaría ver. Le encantan las clásicas como "Lo que el viento se llevo" con Clark Gable y Vivien Leigh, "Casa Blanca" con Humprey Bogart e Ingrid Bergman, "An affair to remember" con Gary Grant y Deborah Keer, "Gilda" con Rita Hayworth y Glenn Ford, que la vió en 1947 en el Cine Hispano, acompañada de su esposo, el Teniente de la Fuerza Aérea Armando Escalón Espinal, estando embarazada y le gustó tanto que le puso Gilda a su hija cuando nació. Gilda es mi esposa. Le gustan también las películas musicales y las comedias (Las de Cantinflas, no se las pierde los sábados a las siete y media de la noche en el canal 5). Nada de violencia o modernísimas que no entendemos ninguno de los dos. 

Es como un ritual la preparación. Encender las luces y los abanicos del techo de la sala. Halar las sillas y ponerlas una al lado de la otra enfrente del aparato. Ella trae su almohada que usa como un cojín para estar más confortable. No puede faltar el vaso plástico anaranjado con agua y de vez en cuando trae sorpresita como un chocolate o bombones que comparte generosamente conmigo. Entonces tengo que enseñarle la carátula del estuche en donde viene la película para que vea el título y la foto del artista y luego le leo lo que dice atrás para ver de que se va a tratar. Iker, nuestra mascota Schnauzer, nos acompaña, pero como que se aburre porque se duerme.

Al comenzar la película ella me dice: Ah, es de la Warner, es buena.
Cuando estamos viendo, yo con el rabo del ojo la vigilo para consolarla si la película es de llorar, y con los ojos llenos de lágrimas y la voz quebrantada le digo: No lloooree suuueeeggrraa que solo es película. (Damos grandes lloradas).
También ella me vigila de reojo y cuando me estoy durmiendo me dice: ¡Ah no Tito! Yo ya me voy a acostar, usted se está durmiendo. A veces tengo que tomarme un café para mantenerme despierto.

Tiene 87 años (ella dice que nació en el año que salió al mercado la cerveza Imperial:1930) y a cada una de las cuatro hijas les toca cuidarla por dos meses. Nos turnamos. Ahorita estamos en nuestro turno. Pasa "Del timbo al tambo". Ahorita está en el "tambo". Le construímos un dormitorio bonito con su baño privado en el primer piso de nuestra casa, para que no tenga que subir gradas y tenga privacidad. Yo la disfruto, pues es una mujer muy inteligente y atenta. Siempre nos hemos llevado bien. Cuando se va para Tegus quedamos tristes. En las películas "Rated R" tengo que estar águila a adelantar la parte peliaguda a toda velocidad para que ella no se apene. Cuando no estoy listo, se queja y me hace quitarla y poner otra. Con frecuencia tengo que poner "Pausa" pues alguna escena le hace recordar algo y lo comenta conmigo. A veces tengo que regresarla para entender bien algo. Al terminar la pelicula, parece que estamos haciendo de nuevo el ritual pero de retroceso, guardando la película en su estuche, poniendo las sillas en su lugar y le ayudo llevando el vaso anaranjado y su almohada a su dormitorio, apagando las luces y los ventiladores mientras comentamos lo buena que estuvo la película. Iker se despierta y nos sigue a todos lados.

Hoy nos tocó "Mamma Mia". Bella pelicula. Una de las canciones que canta el grupo Abba es "S.O.S." Inmediatamente recordé cuando entré a los Boy Scouts en 1961. Tuve que aprender de memoria la Clave Morse con sus puntos y rayas. De esa manera por medio del silbato nos podíamos comunicar a grandes distancias en los campamentos.

Así "SOS" era 3 puntos, 3 rayas y 3 puntos
".../---/..." Tenía 13 años entonces. Crecí dando por sentado que esa tres letras se utilizaban para pedir socorro.
Hasta hoy se me ocurrió averiguar que significa cada letra:
S- Save (Salve)
O- Our (Nuestro)
S- Ship (Barco)
Me interesé mas por saber y aquí les estoy enviándo lo que encontré.
Foto del perfil de Tito Ortiz, La imagen puede contener: una persona, gafas y primer plano