miércoles, 2 de febrero de 2011

CHUCHO QUE COME CHUCHO

"Qué fácil se unen los adversarios políticos cuando les conviene! Sorprende cómo los diputados de casi todos los partidos políticos en un nuevo madrugón, con dispensa de trámite y de ética, aprueban una modificación constitucional para que a nadie se le ocurra que puede acceder a ser padre o madre de la patria sin un sacrosanto partido político. Vergonzoso el actuar de los disputados, especialmente de aquellos que luego se llenan la boca hablando de la Biblia y de cómo su lectura debe cambiarnos. ¡Seamos consecuentes!".....

Juan A. Valiente* (Salvadoreño)

Roberto Micheletti era algo más que una fuerza para decirle que no a la Embajada de los Estados Unidos en Tegucigalpa. Muchas partes de su tiempo estuvieron dedicadas a la protección de lo suyo, al apoyo de los negocios de sus amigos y a la continuidad de los procesos de corrupción vigentes en el país. Ahora descubrimos que durante su desempeño como titular del Ejecutivo realizó actuaciones poco honorables, según reportan los documentos de Wikileakes, publicados por el diario El País, de Madrid. La publicación de estas informaciones y la incapacidad de los involucrados para desmentir sus contenidos nos hacen creer que muchos de los “héroes”, inevitables porque los necesitábamos en momentos en que todos querían destruirnos, no son tales. Y que algunos no solo tienen pies de barro sino que además andan con las manos sucias por el uso de los recursos públicos con finalidades particulares.

La noticia del cable que estamos comentando fue de conocimiento público durante la gestión de Micheletti. Conocimos, por medio de los medios de comunicación nacionales, sobre la aprobación en el Congreso Nacional de un contrato para concluir la represa sobre el río Nacaome –una obra en donde los cooperantes italianos, especialmente, han postergado la finalización de la misma con ignorados propósitos– en la que aparentemente gozaban de beneficios pecuniarios Micheletti, Saavedra, Saro Bonano, Johny Kafati y Roberto Turcios. Como todas las cosas, la opinión pública se vio obligada a mirar para otro lado en vista que nuevos descubrimientos y escándalos atrajeron su atención, en tanto que Lobo Sosa se comprometía con Llorens en el sentido que una vez que asumiera la Presidencia de la República, unos días después, investigaría el asunto y buscaría que el Congreso anulara la decisión tomada de ejecutar la continuidad de la represa con un consorcio italiano en el cual estaban vinculados las personas mencionadas líneas arriba. Extrañamente, distraídos en el espectáculo de Zelaya y su viaje a la República Dominicana, el tema desapareció del interés de los hondureños y de la agenda de las preocupaciones de los políticos hondureños.

El ex presidente Micheletti, una vez fuera del poder, siguió gozando de la simpatía de los hondureños que no conocieron las intimidades de su régimen sino que las posturas firmes y categóricas frente a Llorens, a quien en algún momento ofendió en forma airada, llegando incluso a mostrar una mínima inclinación de golpearle físicamente en una reunión privada que tuvieron en Casa Presidencial. Ahora, nos enteramos del informe del embajador Llorens sobre los actos aparentemente inmorales del presidente Micheletti y sus amigos en sus últimos días al frente del Poder Ejecutivo. No cabe duda que no se trata de un invento de Llorens, porque el hecho fue discutido apresuradamente por el Congreso y censurado por la mayoría de la opinión pública que concluyó que se trataba de una burda y ofensiva movida económica, abusando del pueblo hondureño y de su buena fe.

Lo que ignoramos es si el informe de Llorens es una suerte de venganza en contra de Micheletti por haberle amenazado de entrarle a golpes si seguía faltándole el respeto a Honduras y a las autoridades hondureñas. Micheletti y el mismo Llorens, deben ampliarnos sus explicaciones sobre el asunto, indicándonos por ejemplo cuál fue la razón para asociarse con los italianos y suscribir un contrato con el gobierno de Honduras, que sería financiado con un préstamo del gobierno de Italia. Saavedra, que para entonces era el presidente del Congreso, debe explicarnos cómo es que, siendo un hombre honrado, participó en un acto innoble, ofensivo para los hondureños, aprovechándose de la buena fe de los diputados y haciendo menoscabo de los compromisos contraídos con la República y con el pueblo hondureño.

Llorens, por su parte, debe informarnos lo que sabe. Su informe no es ningún secreto. Apareció en los medios. Nos debe indicar las razones para obligar a Lobo Sosa, a exigirle a Micheletti que dejara la presidencia de la República, días antes del fin del periodo, como una fórmula para darle satisfacción a la comunidad internacional. Y otras cosas más, que le iremos pidiendo dentro de pocos días.

Y como ustedes sabran mis audiencias inesperadas, los unicos animales que se comen entre si son los alacranes; los gatos a veces se comen a sus crias; y los politicos que son unos chuchos ahora imitan a estos animales, para comerse a sus mismos partidarios, despues de comer en el mismo plato; despues de despotricar contra algunos personajes y defender a quienes critican ahora. Por eso nadie debe escupir para arriba, porque nadie es profeta en su propia tierra y este señor que escribe este editorial para Diario Tiempo de San Pedro Sula, es uno de esos alacranes pero del tamaño de aquel escorpion de la pelicula La Momia y este es chucho que come chucho.

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