Cuando a Ramón Custodio López le fue notificado el retiro de su visa por parte de Estados Unidos, aseguró: “puedo decir que soy un hombre honesto, de principios, de conciencia y represento a mi pueblo más que a ningún gobierno”.
¿Honesto? ¿De principios? ¿De conciencia? ¿Se le olvida a este tipejo lo que hizo cuando su hijo Ramón Custodio Espinoza atropelló a una estudiante del Instituto Central en Tegucigalpa?
Se los voy a recordar: en lugar de presentarlo a la justicia, como correspondería a un honorable representante de los derechos humanos, lo sacó hacia El Salvador y luego lo mandó a Suiza. Le consiguió una representación diplomática en Estados Unidos, de donde pasó a Bélgica y Luxemburgo. Allí se mantiene viviendo a sus anchas de nuestros impuestos, pese a que no representa a nadie porque a este gobierno golpista no lo reconoce ni su abuela.
Gran premio para un ebrio homicida, porque sí, cuando atropelló a la muchacha andaba más borracho que una cuba ¿Eso es honestidad, principios y conciencia, Ramón Custodio?
Cuando algún periodista honesto osaba preguntarle sobre el homicidio, se hacía el enojado, adoptaba posturas de abuelo reumático y regañaba a su interlocutor e igual, no contestaba.
Pero el que es malo y corrupto, lo es donde se pare y parece que los Custodio saben mucho de eso. Cuando Ramón Custodio Espinoza fungió como cónsul en Washington fue señalado de apropiarse cerca de un millón de dólares de cantidades que les cobraba a nuestros pobres hondureños que hacían trámites en la delegación diplomática. Resulta que este individuo cobraba entre tres y seis veces el costo real de los trámites, según una serie de auditorías practicadas por cancillería.
Según las denuncias, Custodio Espinoza cobraba hasta 150 dólares por extender una certificación que costaba 25; y 120 dólares por un pasaporte que valía 60. Como “castigo” por sus robos en el consulado de Washington lo enviaron a Bruselas. Con el dinero estafado se compró un Mercedes y otros artículos de lujo. Por cierto que el auto hizo que se lo embarcarán rumbo a Europa, a un costo impensable para cualquiera de nosotros, simples mortales.
En Bruselas, por supuesto, no ha hecho nada por Honduras. Su único acto destacable fue involucrarse en un caso de tráfico de influencias al patrocinar una exposición de pinturas de Federico Rosa en la sede central de la Comisión Europea, lo que fue ampliamente aireado por algunos medios del Viejo Continente que ven inconcebible como los pocos recursos de un país pobre pueden invertirse en promocionar a un “artista” desconocido. Por cierto, el gran mérito de este pintor es ser hijo del ex fiscal general Leónidas Rosa Bautista. Claro, entre golpistas se entienden.
A Custodio los medios europeos también lo acusan de haber mantenido empleada a una persona identificada como Elizabeth Gamundi, quien fue considerada non grata por el gobierno belga hace algunos años y que no está acreditada oficialmente.
Y como toda gente sin principios, igual que su padre, al nomás darse el golpe de estado, corrió a ponerse a la orden del dictador Micheletti, por lo que fue retirado de su cargo. No obstante, los golpistas le siguen girando miles de dólares para que mantenga su vida ostentosa en Europa.
Su innecesaria presencia allá fue notoria cuando el pasado 3 de septiembre el jefe de la unidad Europe Aid B/2, Basile Papadopoulos, lo convocó, por error, para la firma de un addendum para echar andar el Convenio de Financiación del Programa Euro-Solar.
Al darse cuenta de que Espinoza representaba al gobierno golpista y no al gobierno constitucional que representa Manuel Zelaya Rosales, el 9 de septiembre el gabinete de la comisaria de Relaciones Exteriores y Política Europea de Vecindad, Benita Ferrero-Weidner, lo desautorizó y le advirtió que no le permitiría firmar el documento, que si fue ratificado por otros países del área. Con ello, Honduras se quedó por fuera de un programa que permitiría la instalación de sistemas de energía solar en áreas rurales de nuestro país.
Por lo atípico de la situación en el ámbito diplomático, el indigno embajador fue consultado por algunos medios, como eurotribune.eu., ante quien desmintió a los voceros de la Unión Europea y dijo que nunca había sido convocado. Esto nuevamente dio que hablar a los analistas de medios, quienes lo calificaron de “mentiroso”, un término grave en un continente acostumbrado a que sus políticos afronten sus hechos como hombres y a que digan las cosas como son
Fuente: La busqueda
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