Que cosas las que ocurren en mi país, un fulano dicen otros que salió de un
closet no sé de donde, no me consta pero esa es la bulla; es alcalde de una
ciudad de Honduras desde hace ocho años y nunca tapo los hoyos de las
callejuelas de la ciudad; es un desastre como alcalde, esos mercados son una
podredumbre; las alcantarillas llenas de basura por eso se inunda con un
aguacerito; hoy el dichoso señor después de haber perdido unas elecciones en
noviembre del 2012 (dicen que se las robaron) y hacer una alharaca por su
perdida, ahora es que se subio al camión del fabricante de tortillas, eco fogones
y casas de mala muerte sin olvidarse que este mismo le hizo la cama.
La cosa es que este señor va de designado presidencial de este otro señor
que le dicen Juan Robando, Juan Tortilla o Juan Fogón y se le está cruzando por
la mente un montón de tonteras a mas no poder; ahora dice que en cien dias
colocara un funicular o teleférico será de su casa a la presidencial o del
barrio los jucos al picacho, un tranvía para la capital y como si fuera poco
como que costara un centavito un tren desde Trujillo hasta Amapala. Pobrecito
Ricalva está soñando cosas que quizá hubiere hecho en los ocho años como
alcalde; hoy se lava la cara con el mentado trans 450 y eso será lo último que
haga si es que llega a terminarlo; él se encargara de ejecutar la construcción
de la ciudad modelo en la aldea de Suyapa, los muertos ahora serán enterrados
parados o sea cuatro en un nicho para dos personas; a la patrona de Honduras la
enviara a una escuela mientras destartala toda la comunidad.
Algunas cosas como estas las he visto pero en los ilusionistas, que pajean
a la gente dunda desapareciendo cosas y
animales; lo único que este macho viejo (si es) puede desaparecer es a
Tegucigalpa, la que ya tiene empeñada por 30 años siguiéndole los pasos a
Rodimiro Zelaya otro alcalde cachureco que habia vendido la catedral con todo y
curas.
Solo en mentes torcidas caben estos disparates; podría ser cierto y se
puede lograr para fomentar el turismo, pero con esta carestía y pobreza de
nuestro pueblo; lo único que se puede ofrecer es mandarnos un tamal de
impuestos y sin hojas porque hasta estas cuestan un ojo de la cara.
No seas ridículo Ricardo anda rebuscate en los bares o cantinas unos
centavos haciendo trucos de magia barata, pero no me jodas la vida ilusionista.
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