martes, 22 de julio de 2014

UNA BOMBA DE TIEMPO

Por: Anselmo Rubio
No sabemos con certeza porque la fiscalía tardo tanto. Pero al fin se le puso precio a la cabeza del ex director del Seguro Social Mario Zelaya, prófugo de la justicia desde hace varios meses. Un millón de lempiras vale la cabeza del hombre clave para desenredar la madeja del mayor escándalo de corrupción en la historia de Honduras.

 Una cantidad ridícula en comparación con el monto saqueado. Mas parece una jugada “para taparle el ojo al macho”. El mismo Zelaya debe estar ofendido. Pero asumimos que es el inicio de una operación con casi un año de retraso. La justicia tardía no es justicia reza el dicho.

Sin embargo, el caso del Seguro Social no es tan fácil de resolver. En este escándalo se han mencionado nombres de importantes funcionarios de la actual administración, y poderosos xfuncionarios, así como empresas privadas cuya influencias son capaces de disolver la administración del presidente Juan Orlando Hernández y mandarlo en pijama para otro país.

Hay que armarse de valor, es tiempo de que caiga un expresidente. No podemos ignorar que Porfirio Lobo estaba al tanto de lo que pasaba en el Seguro Social. El patrón es el mismo de Zelaya. 

Investigaciones revelan que Lobo adquirió, al final de su mandato, una residencia en Miami. Igualmente trascendió que el exministro de defensa, Marlon Pascua es vecino de Lobo en el mismo vecindario de aquella ciudad.

Casualidad o no, el caso amerita una profunda investigación para determinar el vínculo con el escándalo del Seguro Social. Repetimos que no es fácil, pero el presidente Hernández no puede cruzar los brazos. El país entero es una bomba de tiempo. Cientos de familias huyen del país para escapar de la violencia y la pobreza que genera la corrupción.

Hernández esta entre la espada y la pared. Por un lado, el gobierno de Obama dejo claro que deportara todo ilegal en territorio norteamericano, que especialmente huye de la crisis que genera la impunidad y la corrupción. Y se reduce drásticamente la cooperación, tanto de la USA como de la Unión Europea, al grado que la firma con el Fondo Monetario Internacional está lejos de alcanzar.

Por otra parte, el lado oscuro del Partido Nacional, presiona para que no se investigue el escándalo del siglo con el saqueo de casi siete mil millones del Seguro Social, ya que podría revelar y poner en la cárcel a altos funcionarios y exfuncionarios de los dos últimos gobiernos.

Obama y la unión europea exigen que se haga justicia y cese la impunidad, mientras los funcionarios y exfuncionarios corruptos, mueven toda clase de influencias para impedir el avance en las investigaciones. De aquí que no se haya capturado a Mario Zelaya y que a casi un año de librada la orden, se asigne solo un millón de desplumados pesos para quien ayude con su captura.

Mientras el presidente Hernández decide qué camino tomar, la población se vuelve peligrosamente intolerante. El error de dos policías de tránsito, desato la furia de un grupo de taxistas que se sintieron excluidos cuando la ley alcanzo, solo a uno de sus compañeros por un delito que igualmente cometieron dos diputados.

La arrogancia y la prepotencia de los padres de la patria, sumada a la histórica desigualdad, fue suficiente para que el grupo de conductores intentara lincharlos, cuyo resultado dejo un taxista muerto y un diputado a punto de ser juzgado por asesinato. El caso no puede ser más elocuente. Honduras no aguanta más, si se percibe una alianza de Hernández con sus correligionarios corruptos, se perdió toda esperanza y un país sin esperanzas es una bomba de tiempo.

BUENAS TARDES

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