Expatriación Forzada
Lancé la atarraya sobre los silencios
y pesqué su dolor enrarecido
lo requirió mi sed inquebrantable
porque siguen avanzando
en este éxodo que es una tragedia.
Parte el alma tanto drama humano,
Honduras es hoy un sepulcro enorme
donde ahora muere la esperanza.
a veces dan ganas de dejar de existir,
de llenarse de sombras y fantasmas,
de sacudirse sufrimientos y distancias
y morir como mueren las canciones.
No se cansan, aunque están cansados
siguen hasta que todos pongan sus pies,
sin mirar hacia atrás, sobre una nueva tierra
que no será nunca su Patria
que no será nunca su tumba.
Esta tristeza no necesita inframundos.
Acarrean las palabras de todos sus muertos
la sangre de todos esos días
viendo apagarse a sus hijos y a sus hijas
como estrellas amargamente… desahuciadas.
Resonó, como un eco sobrehumano,
ese grito que desgarra hasta el acero,
en esta guerra desigual que no es mi culpa…
Pueden caminar sobre brasas ardientes
sin sentir que es una batalla que tienen perdida
en esto que es tan solo un primer paso
Quiero derramar estos versos desgarrados
en la herida del país… porque me duele.
Marden Nóchez Bonilla
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