Aquí cualquier bruto o bruta, sin letras ni sabiduría de campo, quiere ser presidente, el acabose. Entran de criados y se sienten patrones ¡Por favor! Ustedes son simples empleados de los hondureños ¿Qué gustará tanto de un país tan empobrecido, para que todos lo quieran gobernar y tantos quieran ser políticos?
Y esto es EL LIBERTADOR. No, nos gusta la Honduras de hoy, llamamos los hechos por su nombre, al ladrón, ladrón; no compartimos la noticia cursi del medio tradicional para apendejar la gente, hablamos donde otros callan, hace diecisiete años lo dijimos: “Somos la nota disonante en la orquesta del poder abusivo”.
Reflexión
EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. Dicen los grandes intelectuales extranjeros, de esos países que, con el pulmón y bienes de otros, a la brava, se hicieron poderosos, que Honduras va desaparecer en 50 años. Los malinchistas que aún cambiarían espejos por oro, comienzan hacer alboroto en este corral, las gallinas que no puede volar. ¿Qué tiene eso de nuevo? ¿No lo han dicho grandes intelectuales hondureños hasta el cansancio?: Pastor Fasquelle, Hugo Noé Pino, Edmundo Orellana, Rafael Murillo Selva, Raúl Pineda, Eugenio Sosa, Julio Escoto. ¡Uuups! Es que son “cheles” y pelones, si ellos lo dicen, entonces importa. El subdesarrollo es vacío cerebral.
¿Quién no se da cuenta? Que un país que compra buques de guerra para batallas imaginarias, presidentes con hermanos narcos, construcción de edificios innecesarios con escuelas en el suelo y un maestro mal formado y mal pagado para todos los grados, y, en general, un sistema educativo miserable que no forma hondureños orgullosos de su tierra. Con hospitales que se ríen de las escenas de terror de “Silent Hill”, por los horrores que ahí pasan y, no, no, no es que estén preparando para una película, así es el aparato público en todas sus dimensiones. ¿Quién no se da cuenta? Que eso está destinado a desaparecer, algunos dirán que nunca existió siquiera y otros que ya días es una colonia. ¿Qué de nuevo, nos dice el intelectual más leído? Aahhh los papagayos.
Aquí vale más una puerta de una embajada gringa que un hondureño, 42 millones por una puerta que se les manchó de humo y aquel chelero asustado (blancos y trigueños) debajo de los escritorios, “protocolos de seguridad”, les dicen estos. ¿Cuándo vamos a cobrarles visa por entrar a Honduras? Ellos nos cobran por ir a su país, reciprocidad, le llaman en diplomacia. Y, peor aún, ¿cuándo les vamos a cobrar nosotros por los asesinatos de la DEA a hondureños en la Mosquitia? Y mire compa, por eso no le cobro 42 millones, porque fueron cuatro asesinatos y siete heridos, ese mismo Ministerio Público que hoy acusa al hondureño, en su tierra y con su derecho a la protesta, nunca dijo nada. Juana Jackson y Candelaria Patt, estaban embarazadas, Hasked Brooks sólo tenía 14 años y Emerson Martínez 21 años. ¡No me jodás con tu puerta!
Y esto es EL LIBERTADOR. No, nos gusta la Honduras de hoy, no compartimos la noticia cursi del medio tradicional para apendejar la gente, preguntamos y hablamos donde los otros callan, hace diecisiete años lo dijimos: “Somos la nota disonante, en la orquesta del poder… Era tanto el silencio cuando nacimos que nuestro susurro se volvió un grito que suena en toda la tierra”. Eso ofende a los hipócritas, a quienes sólo interesa su panza gorda, eso no les gusta, y a nosotros no nos importa. Aclaramos desde este pódium a los confundidos que este medio de comunicación sólo obedece a intereses de la mayoría de los hondureños.
¿Cuál es el precio que hemos pagado por amor a nuestro pueblo y altivez de Nación? ¡Pues la vida! En todos los planos, físico y material, desde robos, asaltos, hackeos y destrucción varias veces de nuestro medio digital, amenazas de prisión, hemos ganado enemigos, unos un poquito valientes que se van de frente y también los que se ocultan, sin olvidar nunca la manga de renacuajos que se revuelcan en los charcos y la maledicencia, como si nosotros no supiéramos quiénes son; han disparado y herido a las máximas autoridades del periódico luego de rechazar ofertas multimillonarias de compra del periódico, han secuestrado a nuestros compañeros y hemos afrontado bloqueos económicos, muchas veces nos han dicho: “me gustaría trabajar con EL LIBERTADOR, pero me puede fregar, quien manda en este país”. Nunca hemos trabajado en paz.
En medio de esa guerra, hemos buscado la tranquilidad para enfocarnos en la batalla fundamental, la función social para informar y formar opinión contando lo que otros callan, manipulan y ocultan, eso es, enfrentarnos a la poderosa maquinaria de desinformación de la prensa tradicional, enriquecida y protegida por capitales y los gobiernos. En la última década han sido asesinados 70 periodistas, el 95 por ciento de ellos trabajaban en medios alternativos de comunicación. ¿Imagina, cómo este ambiente colabora con EL LIBERTADOR, siendo el medio escrito hondureño alternativo más desarrollado y con mayor influencia nacional e internacional, incluso, superando a tradicionales? ¿Imagina ser tan visible en estos días? Se puede estar en contra de políticas de un régimen, jamás de un pueblo.
Sin duda comienza una nueva era, nos hemos encontrado grandes hombres y mujeres, desde el sector privado y público, que comienzan a darse cuenta que hay un mercado que da asco en los medios tradicionales ¡por supuesto! no faltan los dinosaurios desactualizados con los índices de audiencia que piensan que solo existen los tradicionales (¿no se habían extinto?). Cuando se mira al corrupto y se le llama “centavero” en este potrero, como nosotros lo hemos hecho, porque no compartimos que se roben el país, entonces eso es una condena.
Por eso seguimos durmiendo tres noches seguidas en colchonetas en las oficinas de este periódico, para darle a la sociedad una propuesta técnica y de altura en estética y contenidos que compite con los millones mal hechos de los que prefieren darle narconovelas entre las últimas horas de masacres o chismes como que, si la presentadora es amante de alguien, o eternos foros matutinos de turismo o de cualquier cosa rara para ocultar las historias de interés nacional. En tanto, EL LIBERTADOR, denuncia un proyecto que amenaza la Tigra y que, sin ningún escrúpulo, los periodistas de otros medios la toman sin dar crédito. (Si, si es un reclamo). Para los confundidos, no defendemos partidos políticos, sino propuestas que beneficien a la sociedad, pero si dejan de hacerlo, también les decimos corruptos, porque la independencia la hemos ganado a pulso, sin depender de nadie, con el esfuerzo de los compañeros que a diario se fajan en este medio. “Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre”. Y en este caso, la voluntad del pueblo.
Y les encantaría que ignoremos la miseria y el abuso de funcionarios, que nos pusiéramos los pompones y gritemos ¡Marvin Presidente! “Todos juntos por el cambio”, que mintamos y que hagamos campañas para que apoyen nuestras otras empresas. ¿Quién se sorprendería? En este mundo donde los pastores se ponen las gorras de los corruptos (literalmente), donde utilizan las pocas letras para que el hondureño con hambre mire al cielo y diga que es voluntad de Dios, donde los Cardenales mienten y traicionan sagradamente, donde los narcos gobiernan y los llaman presidentes y todos quieren seguir un juego que esto es democracia. Lo sentimos y les notificamos, que eso, no es EL LIBERTADOR.
Aquí cualquier bruto o bruta, sin letras ni sabiduría de campo, quiere ser presidente y lo son. Entran de criados y se sienten patrones ¡Por favor! Ustedes son simples empleados de los hondureños ¿Qué gustará tanto de un país tan pobre, para que todos lo quieran gobernar? Maravilloso, como dice la hija de “votos rurales” en su kilométrica carta ¿en serio, ella la escribió?, que repite y repite “el presidente constitucional…” necesita decirlo, porque simplemente no lo es. – “Cualquier hombre que tiene que decir, yo soy el rey, no es verdadero rey”, ratifica un guión bien pensado. Desde Game Of Thrones, Tywin Lannister nos regala esta frase. Nosotros la hondureñizamos: “Un presidente que tiene que decir, soy presidente, simplemente no lo es”. Y desde EL LIBERTADOR, no aceptamos imposiciones.
Donde Marvin puede ser presidente y los Sikaffy autoridad empresarial con ultimátum, y que necesita que desde casa de gobierno le respondan las cartas enviadas a él, desde esta paradoja de payasadas y miserias, donde una puerta gringa vale más que un hondureño, donde la encargada de compras dice quién va a gobernar el país de Alicia, donde los que tanto comen no piensan en el bien en común y en los éxodos, donde un zancudo mata cientos, desde ahí trabajamos, EL LIBERTADOR, hace lo que debe hacer...Seguiremos marcando huellas…
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