DIONISIA DIAZ
En cada accion, en cada arruga, en sus ojos descoloridos se refugia la lucha y el sufrimiento de un pueblo sumergido en la inmundicia y en la avaricia de unos pocos durante tantos años de supuesta democracia y libertad; en su corazon vibra un espiritu indomable pero lleno de amor y en su alma mas blanca que la de cualquier leguleyo politico, emerge la bandera rojiblanco como espada de la fuerza que desde 1954 le ha impreso a su vida ese espiritu de lucha combatible e insuperable. Esto es en pocas palabras Dionisia Diaz una mujer inclaudicable en las luchas por la libertad y el respeto de la dignidad de sus compatriotas; vivo ejemplo de un hondureño que ama a su Patria, indistintamente del color politico que ella sigue, porque para ella Honduras es primero.
75 años que pesan sobre su humanidad, luchar desde la huelga del 54, perder a su marido y ser padre y madre de sus hijos, una gran liberal, conocedora y apoyadora del esfuerzo de los grandes y verdaderos lideres liberales cada uno en su tiempo.
Doña Dionisia Díaz (1934), se ha convertido en la abuela de Honduras, durante 124 días; no ha dejado de caminar con la Resistencia, no claudica al corear las consignas con su megafono y comparte su experiencia con las nuevas generaciones. Una lucidez increibe a su edad; lucidez que cualquiera de los energumenos golpistas quisiera tener, ni Pineda Ponce con tanta fàbula que cuenta le llega a los tobillos a doña Dionisia, porque ella esta llena de amor, de completa devocion a Dios; sinceridad hacia su pueblo y una fèrrea lealtad a su Partido Liberal. Dios reparte conforme a sus riquezas en Gloria.
Dia a dia desde el 28 de junio, aùn con sus achaques, el darse cuenta del golpe a Mel; le sirviò de inyeccion para continuar una marcha junto a la resistencia, donde hasta hoy y junto a su machete como dice ella, arenga a las masas a no desmayar, porque la lucha es constante.
Doña Dionisia no tiene colores definidos, pero en su vestimenta (porque su color rojo liberal nunca lo deja) tiene un vestido de diferente color para cada dia y aunque a veces la hemos visto vestida de blanco no es como otras. La Historia Hondureña dejarà en sus pagina de gloria la gesta de esta dama que asì como otros emblematicos han puesto a Honduras en el pedestal que amerita, pero en el pedestal de un pueblo luchador de su libertad. Dios le prodigue a Dionisia una vida llena y plena de satisfacciones y que ese Partido Liberal por el que tanto ha luchado, reconozca aunque sea "por esta unica vez" su esfuerzo, aunque ella no pasa porque le den una medalla, un diploma u otra tonteria para tenerla en su pared; a ella le basta tener en su corazon la estima del pueblo y en su rostro llevar el sufrimiento de cada hondureño.
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