Está integrada por:
- Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
- Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR).
- 187 Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.
Los componentes del Movimiento,
aunque conservan su independencia en los límites del Estatuto del
Movimiento, actúan siempre de conformidad con sus Principios
Fundamentales y colaboran entre sí en el desempeño de sus tareas respectivas y para realizar su misión común.
Los componentes del Movimiento se reúnen
con los Estados Partes en los Convenios de Ginebra del 27 de julio de
1929 o del 12 de agosto de 1949 en la Conferencia Internacional de la
Cruz Roja y de la Media Luna Roja (en adelante: la Conferencia
Internacional).
La Cruz Roja también es el emblema inicial del Movimiento, inversa de los colores de la Bandera de Suiza, en reconocimiento a sus fundadores y su neutralidad.
La cruz roja, junto con la media luna roja y el cristal rojo sobre
fondo blanco, son emblemas humanitarios reconocidos oficialmente por
casi la totalidad de países del mundo y su uso está enmarcado en el
Derecho Internacional Humanitario, por lo que deben ser respetados en
toda circunstancia, para que se puedan desarrollar las labores
humanitarias en los desastres y conflictos armados.
Fundación
Jean Henri Dunant (Ginebra, 8 de
mayo de 1828 – Heiden, Suiza, 30 de octubre de 1910) fue un hombre de
negocios suizo, filántropo y activista en favor de la causa humanitaria, cuya labor fue reconocida internacionalmente con el primer Premio Nobel de la Paz junto con Frédéric Passy en 1901.
Dunant fue testigo durante un
viaje de negocios en 1859, de las secuelas de la batalla de Solferino en
Italia, cuyo impacto le llevó a escribir sus memorias y
experiencias en el libro Un recuerdo de Solferino en el que reclamó la
creación de un cuerpo de voluntarios para socorrer a los heridos de
guerra. Esta petición sirvió más tarde para la fundación de la Cruz Roja
Internacional. En 1864, la Convención de Ginebra fue adoptada en base a algunas de los postulados humanitaristas de Dunant.
Biografía
Dunant nació en Ginebra, primogénito del hombre de negocios Jean-Jacques Dunant y su esposa Antoinette Dunant-Colladon. Su familia era muy devota del calvinismo y tenía gran influencia en la sociedad ginebrina. Sus
padres enfatizaron el valor del trabajo social, según el ejemplo de su
padre que era muy activo ayudando a huérfanos y presos liberados,
mientras que su madre trabajaba con los enfermos y los pobres. Muy influyente en la formación del joven Dunant resultó una visita a Toulon donde vio el sufrimiento de los presos.
Dunant creció en el período del despertar
religioso conocido como el Réveil, y a los dieciocho años se unió a la
Sociedad Ginebrina de las Almas. Al año siguiente, junto a unos amigos, fundó
la llamada «Asociación del Jueves», un grupo de jóvenes que se reunían
para estudiar la Biblia y ayudar a los pobres, y pasó mucho de su tiempo
libre ocupado en visitas a la prisión y trabajo social. El 30 de noviembre de 1852 fundó el capítulo ginebrino de la Militó en su juventud en movimientos cristianos. En
1855 propició la «Asociación Cristiana de Hombres Jóvenes» (YMCA), y
tres años más tarde intervino en la reunión de París dedicada a la
fundación de su organización internacional.
A los veinticuatro años, se le obligó a dejar el Collège Calvin por sus malas notas,
y empezó como aprendiz en la firma de cambio de moneda Lullin und
Sautter. Después de que concluyera favorablemente, permaneció como
empleado del banco.
Argelia
En 1853, Dunant visitó Argelia, Túnez y Sicilia, por encargo de una compañía dedicada a las «colonias de Setif» (Compagnie genevoise des Colonies de Sétif). A pesar de su escasa experiencia, cumplió con éxito su misión. Inspirado por el viaje, escribió su primer libro con el título Relato de la Regencia en Túnez (Notice sur la Régence de Tunis), publicado en 1858.
En 1856, creó un negocio para actuar en
las colonias extranjeras, y después, habiendo recibido una concesión de
tierras en la Argelia ocupada por los franceses, una compañía de cultivo
y comercio del maíz llamada «Compañía financiera e industrial de los
Molinos de Mons-Djémila» (Société financière et industrielle des Moulins
des Mons-Djémila). Sin embargo, la tierra y los derechos sobre el agua
no se asignaron claramente, y las autoridades coloniales no cooperaron
mucho. Como resultado, Dunant decidió apelar directamente al emperador
francés Napoleón III, que estaba con su ejército en Lombardía en aquella
época. Francia estaba luchando junto al Piamonte-Cerdeña contra
Austria, que ocupaba gran parte de Italia. Los cuarteles de Napoleón
estaban ubicados en la pequeña ciudad de Solferino. Dunant escribió un
libro en alabanza a Napoleón III con la intención de presentárselo al
emperador, y entonces viajó a Solferino para encontrarse con él en
persona.
Batalla de Solferino
Dunant llegó a Solferino en la tarde del
24 de junio de 1859, el mismo día en que tuvo lugar una batalla entre
los ejércitos austriaco y franco-piamontés que combatían en la guerra
italiana. 38.000 heridos, agonizantes o muertos permanecían en el campo de batalla, y había pocos intentos para ayudarlos.Impresionado,
el propio Dunant tomó la iniciativa de organizar a la población civil,
especialmente las mujeres y las chicas jóvenes, para proporcionar
asistencia a los soldados heridos y enfermos. Carecían de suficientes
materiales y el propio Dunant organizó la compra de lo que se necesitaba
y ayudó a levantar hospitales de campaña. Convenció a la población para
que atendiese a los heridos sin fijarse en qué bando del conflicto
estaban por el lema Tutti fratelli (Todos somos hermanos) acuñado por
las mujeres de la cercana ciudad de Castiglione del Stiviere (Provincia
de Mantua). Tuvo éxito igualmente para conseguir la liberación de médicos austríacos capturados por los franceses. Cabe resaltar que Dunant fue el inventor del actual botiquín de primeros auxilios.
La Cruz Roja
Al regresar a Ginebra a
principios de julio, Dunant decidió escribir un libro sobre sus
experiencias, que tituló Un Souvenir de Solferino. Se publicó
en 1862 en una edición de mil seiscientas copias y se imprimió a costa
del propio Dunant. En el libro, describió la batalla, sus costes, y las
caóticas circunstancias que la siguieron. También desarrolló la idea de
que en el futuro una organización neutral debería existir para
proporcionar cuidados a los soldados heridos. Distribuyó el libro a muchos líderes políticos y figuras militares en Europa.
Dunant comenzó a viajar por toda Europa
promocionando sus ideas. Su libro fue recibido positivamente, y el
Presidente de la Sociedad Ginebrina para el Bienestar Público, el
jurista Gustave Moynier, hizo del libro y sus sugerencias el tema de la
reunión de 9 de febrero de 1863.
Las recomendaciones de Dunant se
examinaron y se valoraron positivamente por los miembros. Ellos
crearon un comité de cinco personas para investigar más la posibilidad
de llevarlo a cabo e hicieron de Dunant uno de sus miembros.Los
otros fueron Moynier, el general del ejército suizo Henri Dufour, y los
médicos Louis Appia y Théodore Maunoir. Su primera reunión el 17 de
febrero de 1863 se considera hoy en día la fecha de fundación del Comité
Internacional de la Cruz Roja.
Desde el principio, Moynier y Dunant tuvieron discrepancias y desacuerdos en relación con sus respectivas visiones y planes. Moynier
consideraba la idea de Dunant de establecer protecciones neutrales para
los cuidadores imposible de realizar y advertía a Dunant en que no
insistiera en este concepto. Sin embargo, Dunant continuó
defendiendo su posición en sus viajes y conversaciones con políticos de
alto rango y militares. Esto intensificó su conflicto personal entre
Moynier, que abordó el proyecto de manera bastante pragmática, y Dunant,
que era el idealista visionario entre los cinco, y llevaron a que
Moynier atacara a Dunant por el liderazgo.
En octubre de 1863, catorce estados
participaron en una reunión en Ginebra organizada por el comité para
discutir la mejora del cuidado a los soldados heridos. El propio Dunant,
sin embargo, fue sólo un líder por protocolo, debido a los esfuerzos de
Moynier por disminuir su participación. Un año más tarde, una
conferencia diplomática organizada por el Parlamento Suizo llevó a la
firma de la primera Convención de Ginebra por doce estados. Dunant, de nuevo, se ocupó sólo de organizar el alojamiento de los asistentes.
Período de olvido
En septiembre de 1895, Georg Baumberger,
el editor jefe del periódico de St. Gallen Die Ostschweiz, escribió un
artículo sobre el fundador de la Cruz Roja, a quien había conocido y con
quien había conversado durante un paseo por Heiden un mes antes. El
artículo se titulaba Henri Dunant, el fundador de la Cruz Roja,
apareció en la revista ilustrada alemana Über Land und Meer, y el
artículo pronto fue reproducido en otras publicaciones por toda Europa. El artículo llamó la atención, y recibió atención renovada y apoyo. Recibió el Premio suizo Binet-Fendt y una nota del papa León XIII. El apoyo de la zarina rusa María Fiódorovna Románova y otras donaciones mejoró notablemente su situación financiera.
En 1897, Rudolf Müller, que ahora trabajaba como maestro en
Stuttgart, escribió un libro sobre los orígenes de la Cruz Roja,
alterando la historia oficial para enfatizar el papel de Dunant. El
libro contenía también el texto de Un souvenir de Solferino. Dunant
comenzó un intercambio de correspondencia con Bertha von Suttner y
escribió numerosos artículos. También fue particularmente activo
al escribir sobre los derechos de las mujeres y, en 1897 facilitó la
fundación de la organización femenina «Cruz Verde».
Premio Nobel de la Paz
En 1901, Dunant recibió el primer
Premio Nobel de la Paz por su papel al fundar el Movimiento
Internacional de la Cruz Roja e iniciar la Convención de Ginebra. El
médico militar noruego Hans Daae, que había recibido una copia del
libro de Rudolf Müller, abogó por el caso Dunant ante el comité Nobel. Recibió
el premio conjuntamente con el pacifista francés Frédéric Passy,
fundador de la Liga de la Paz y activo con Dunant en la Alianza por el
Orden y la Civilización.
Moynier y el Comité Internacional en
conjunto habían sido también nominados para el premio. Aunque Dunant fue
apoyado por un amplio espectro en el proceso de selección, era aún un
candidato controvertido.Algunos argumentaron que la Cruz Roja y
la Convención de Ginebra hicieron la guerra más atractiva e imaginable
al eliminar algunos de sus sufrimientos. Por lo tanto, Rudolf
Müller, en una carta al comité, argumentó que el premio debería
dividirse entre Dunant y Passy, que estuvo durante algún tiempo en el
debate como candidato a recibir el premio en solitario. Müller sugirió que si un premio debía dársele a Dunant, debería dársele inmediatamente debido a su avanzada edad y mala salud. Al
dividir el premio entre un pacifista estricto como Passy y el
humanitario Dunant, el Comité Nobel sentó un precedente para las
condiciones del premio Nobel de la Paz que tendría significativas
consecuencias en años posteriores.
Muerte y memoria
Entre otros muchos premios en los años
siguientes, en 1903 Dunant se le concedió un doctorado honorario por la
Facultad de Medicina de la Universidad de Heidelberg. Vivió en la
residencia de la tercera edad de Heiden hasta su muerte. En sus últimos años de vida, sufrió depresión y paranoia sobre persecución por sus acreedores y Moynier. Hubo
incluso días en los que Dunant insistía que el cocinero de la
residencia probara primero su comida ante sus ojos para protegerlo de un
posible envenenamiento. Aunque siguió profesando creencias
cristianas, en sus últimos años rechazó y atacó el calvinismo y la
religión organizada en general.
De acuerdo con sus cuidadoras, el acto último de su vida fue enviar una copia del libro de Müller a la reina de Italia con una dedicatoria personal. Murió el 30 de octubre de 1910 a las diez de la noche, a la edad de 82 años irónicamente sobreviviendo a su némesis Moynier por dos meses justos. A pesar de las felicitaciones con motivo del premio Nobel, no se reconciliaron.
El uso de los emblemas, tanto la Cruz Roja como la Media Luna Roja, es definido por el Derecho Internacional Humanitario (DIH), tal y como se estipuló en las Convenciones de Ginebra de 1949.
El símbolo de la Cruz Roja sobre un fondo
blanco fue adoptado en la Primera Convención de Ginebra en 1864 y
corresponde a la inversión de los colores de la bandera de Suiza. La
Media Luna Roja usada originalmente por el Imperio otomano en la Guerra
Ruso-Turca, 1877–1878 fue incorporada como segundo emblema oficialmente
en 1929 por la Federación Internacional de Sociedades de la
Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR). Anteriormente se había sugerido
que los países musulmanes en principio podrían utilizarla en vez de la
Cruz Roja.
Existió también como emblema del
león y sol rojo propuesto por Persia (actual Irán) en 1899 y usado
oficialmente por la sociedad nacional de Irán entre 1924-1980. Este
emblema fue reconocido oficialmente por la Federación Internacional de
Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR). en 1929. Con el
triunfo de la revolución islámica, el nuevo régimen informó a la
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna
Roja (FICR). de que se usaría en adelante la media luna roja. Sin
embargo, mantiene su derecho a volver a usarlo.
Existieron problemas en relación con los emblemas de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. En
algunos conflictos se ha interpretado que estos símbolos poseen un
significado religioso, lo que ha provocado una interpretación errónea de
la naturaleza de la organización. Ciertas sociedades
nacionales como la Sociedad Magen David Adom de Israel, no se sentían
cómodas utilizando estos símbolos. Por ello, en la actualidad utilizan
la Estrella de David Roja, un símbolo que no ha sido reconocido por la
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna
Roja (FICR). hasta 2006. Esta situación fue el origen de un debate sobre
la necesidad y conveniencia de adoptar un tercer símbolo.Como
resultado de un largo proceso de consultas, el 8 de diciembre de 2005 se
aprobó un tercer emblema, el cristal rojo, a través del Tercer
Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra de 1949.
Controversia
Con referencia al uso del emblema, varios
medios de comunicación recordaron que según las normas del Derecho
Internacional Humanitario, su empleo en operaciones que no sean
humanitarias se considera “perfidia” porque constituye una violación de
los Convenios de Ginebra. Puede además ser sancionado en los tribunales internacionales como “delito de guerra”.