Los Estados Unidos de América ha actuado, desde su fundación como república federada y aún antes del importante acontecimiento del 4 de julio de 1776, como el principal agente del terrorismo en América y, ahora como gran potencia, en el mundo.
La historia recoge innumerables actos de terrorismo patrocinados por Los Estados Unidos de América, comenzando con el despojo que los cuáqueros hicieron de las tierras de las cuales eran dueños los indígenas aborígenes. Ellos han arrebatado tierras, han dividido países, mantienen pueblos como colonias, hicieron que Panamá aceptara un tratado que les cedía una faja de territorio para la construcción del canal y una independencia de mentirillas -tratados que no firmó ningún panameño. Tomaron, por la fuerza, extensos territorios a México -de casi la extensión actual de la República Mexicana-, proclamaron la Teoría del Destino Manifiesto y la Doctrina Monroe -una velada auto autorización para decidir el destino de los pueblos de América Latina. Con ese pretexto, derribaron, mediante un acto de cinismo puro, al gobierno democrático de Jacobo Árbenz, dijeron que para combatir el comunismo, en un gobierno que no era comunista, y para restituir la democracia, tumbando un régimen surgido en las urnas, con el respaldo del pueblo guatemalteco. En Nicaragua, con el fin de asegurarse la posibilidad de construir, a través de ese país, un Canal interoceánico, sometieron a ese pobre país a los más indignantes actos de terrorismo y dominación, a través, primero, del Filibustero Williams Walker y luego de malos hijos nicaragüenses, desde Díaz, pasando por la pandilla de los Somoza, hasta la contra, re-insuflada actualmente para desestabilizar a ese país y volverlo a la sacrosanta democracia que EEUU fabrican e imponen.
Chile fue objeto de las acciones terroristas de Los Estados Unidos de América. También vieron una amenaza en el gobierno popular de Salvador Allende. Para colmo lo sustituyeron por una feroz y sanguinaria tiranía, a punta de bala, con el martirologio del Presidente, con un historial de asesinatos, torturas, encarcelamientos, exiliados y persecución encabezada por un vulgar corrupto y asesino llamado Augusto Pinochet, descubierto, después de muerto, como un desvergonzado ladrón más de las arcas públicas de Chile. Actualmente, los norteamericanos dan el respaldo más firme que se puede a Sebastián Piñera, repudiado por el pueblo y que, en las marchas para exigir su renuncia, ha atropellado y asesinado a decenas de mártires. El cinismo llegó a tal grado que, en el mismo Washington, fue brutalmente asesinado Orlando Letelier, ex miembro del gobierno de Allende.
Argentina también fue objeto de manipulación terrorista. Ahí EEUU respaldó una dictadura militar sanguinaria, asesina, torturadora, autora de innombrables crímenes de lesa humanidad, promotora del terrorismo internacional y sede de múltiples asesinatos de personajes como el del chileno, General Prats, ex Jefe de las Fuerzas Armadas, que se ejecuta en contubernio con el asesino Pinochet, cuyo largometraje de que Chile era un ejemplo de crecimiento económico y de democracia se ha tumbado completamente y ha salido a la luz un sistema corrupto que mantiene oprimido a la mayoría de los chilenos.
No olvidar a Brasil, cuyo gobernante actual, fascista puro, se ha elevado a la presidencia tras la destitución ilegal de Vilma Rousseff y su sustitución por un delincuente llamado Temer -con sus aliados, los 40 ladrones-, y el encarcelamiento, también injusto, del expresidente Lula Da Silva, para impedirle que participara en las elecciones que seguro ganaría. Pues este energúmeno que gobierna Brasil es el principal elogiador de los crímenes de la dictadura militar que destituyó al presidente Constitucional Jao Goulart y terminó asesinándolo en Uruguay, en donde estaba exiliado. Los crímenes de los militares, apoyados por Washington, son incalculables.
Y, no será acaso terrorismo, por parte de Los Estados Unidos de América, el golpe en contra de la pequeña Grenada, que impulsaba su desarrollo por una vía independiente. Los marines la invadieron brutalmente, asesinaron al primer ministro Bishop e instalaron un gobierno títere, democrático, para los cánones gringos. Todo el delito cometido por Grenada era tener relaciones con Cuba y construir un aeropuerto para impulsar el turismo.
En Panamá, que realmente fue independiente, por un breve tiempo, desde que Torrijos obliga a los yankees a derogar el Tratado del Canal y logra la promesa de que el Canal volviera a soberanía panameña en el año 2000, había surgido a la seudo independencia mediante la coerción militar terrorista de EEUU en contra de Colombia, país del cual era parte Panamá. La seudo independencia, por tanto, se decide en Washington, y este país queda atado por un tratado que permite la intervención, a discreción del gobierno norteamericano, cuando Los Estados Unidos vea amenazados sus intereses y los del Canal. Esta auto autorización sirvió para mantener a Panamá con la bota en el cuello hasta que apareció el verdadero, el auténtico libertador: Omar Torrijos.
Después del asesinato de Torrijos, perpetrado por la CIA, otro acto de auténtico terrorismo norteamericano, el gobierno yanqui abriga la esperanza de que el General Noriega accederá a la devolución del Canal a la soberanía norteamericana. Como Noriega presenta una férrea resistencia a esa exigencia yanqui, Los Estados Unidos, experto en desinformación, como ocurrió con Guatemala, con Nicaragua y con todos los países a los cuales han atropellado, hizo creer a los panameños que a Noriega había que quitarlo, no por decisión de los panameños, sino mediante la intervención militar sanguinaria que destruyó innumerables bienes en la Ciudad de Panamá y asesinó millares de soldados y civiles. Todavía en Panamá, nuevo es que no les es conveniente, aún creen que la invasión fue necesaria y la justifican con el cuento de que Noriega era un dictador, muy a pesar de que se enfrentó a los norteamericanos que tenían superioridad militar. Esa patraña ha funcionado bien a tal grado que se ha programado el olvido total de Torrijos y de su hazaña libertadora y los gobiernos subsiguientes se han convertido nuevamente en lacayos de EEUU.
En El Salvador, los gringos fueron los sostenedores de los gobiernos militares represivos y violadores de todos los derechos humanos. Estuvieron con su inteligencia –vaya inteligencia- tras los más abominables asesinatos colectivos de gente que únicamente pensaba y exponía sus ideas, como fueron los curas españoles, catedráticos universitarios y del Cardenal Romero. Actualmente EEUU patrocina a un pelele que se ha asegurado, con engañifas, el respaldo popular, pero que ha sacado, peligrosamente, las uñas de futuro y temerario dictador y tirano.
En Ecuador hubo un verdadero acto de terrorismo político, respaldado por la CIA: infiltrar en las filas de la Revolución al discapacitado físico y mental Lenin Moreno, traidor al pueblo, incapaz total, que ha conducido al Ecuador a la pérdida de los logros que había conseguido Correa para su pueblo, a la genuflexión frente a Trump y a la mediatización de la independencia sometida, ahora, al Banco Mundial. Su incapacidad administrativa la desnudó el Covid-19.
En Bolivia, fue manifiesta la mano terrorista de Los Estados Unidos en el derrocamiento de Evo Morales, para instalar una dictadura militar que ha cobrado miles de muertos de los bolivianos opuestos a la mentira y a la dominación yanqui del país.
Mi Honduras, no se ha quedado al margen. Las compañías bananeras se constituyeron en el verdadero poder del país y fueron presidentes sus mequetrefes, entre ellos Manuel Bonilla, Tiburcio Carías, -tirano por 16 años-, el abogado de la United Fruit Co. y golpista Juan Manuel Gálvez, el usurpador Julio Lozano Díaz, los militares golpistas y atracadores del Estado (López Arellano, Melgar Castro y los Jefes del Estado Mayor durante el gobierno ilegal de Juan Orlando Hernández), el farandulero corrupto Rafael Leonardo Callejas -terminó sus días como atracador de la FIFA, preso en Norte América-, el panameño Maduro, y los señalados como narcotraficantes Lobo y Hernández. Todos ellos son autores de asesinatos, persecuciones, encarcelamientos y de múltiples desterrados y desaparecidos con el patrocinio de la inteligencia gringa y sus testaferros de la CIA y de la DEA.
Los Estados Unidos convirtieron a Honduras en un portaviones en favor de los Contras, que no eran más que una banda de criminales, cuya principal permanencia fue en Honduras, en donde se dedicaron a delinquir y a la criminalidad, habiendo dejado al país inundado de armas, AK 47 en manos de los criminales criollos. En esa circunstancia de querer aplastar a Nicaragua, los gringos traficaron con drogas –¡delito del que ahora acusan a Venezuela!- nos impusieron a un criminal como Jefe de las Fuerzas Armadas: el General Gustavo Adolfo Álvarez Martínez, enfermo mental que protagonizó crímenes horripilantes y que estaba dispuesto a ir personalmente en contra de Daniel Ortega. “La campaña de los Contras en oposición al gobierno sandinista incluyó actos frecuentes y generalizados de terrorismo. Las reformas económicas y sociales promulgadas por el gobierno gozaron de cierta popularidad; a raíz de esto, los Contras intentaron obstaculizar estos programas. Estas campañas incluyeron la destrucción de los centros de salud y hospitales que el gobierno Sandinista había establecido, con el fin de alterar su control sobre la población. Asimismo varias escuelas fueron destruidas, ya que la campaña de alfabetización realizada por el gobierno era una parte importante de su política. Los Contras cometieron además numerosos secuestros, asesinatos y violaciones; varios miles de personas, en su mayoría civiles, fueron asesinados y muchos más desaparecidos. Los secuestros y asesinatos fueron un producto de la "Guerra de baja intensidad" que la doctrina Reagan prescribía como una forma para desestabilizar las estructuras sociales y ganar control sobre la población. En algunos casos, tuvieron también lugar matanzas y destrozos indiscriminados. Asimismo llevaron a cabo una campaña de sabotaje económico e interrumpieron el transporte marítimo al plantar minas submarinas en el puerto nicaragüense de Corinto”.
La administración Reagan dio su apoyo imponiendo un embargo comercial total hasta que lograron la instalación de un monigote femenino llamado Violeta de Chamorro. Hace dos años intentaron tumbar el gobierno con una falsa sublevación popular que fue desenmascarada y derrotada por el pueblo. Actualmente han montado una campaña de desinformación acerca del Covid 19: fotografías de muertos en las calles que corresponden a Ecuador y, noticas falsas, tal y como lo hicieron, sin que les resultara nada, en Venezuela. Terrorismo informativo.
Lo que ha pasado con Venezuela no tiene nombre. A la nación bolivariana pareciera que su peor desgracia es que la naturaleza le haya dotado una enorme riqueza petrolera y mineral. Los Estados Unidos quieren adueñarse de esos recursos a toda costa. Quieren volver a los regímenes democráticos dirigidos por sus lacayos, en los que el petróleo iba, casi regalado, a Los Estados Unidos, y en el país solo quedaban la pringas que generaban miseria, hambre y poco desarrollo no compatible con las riquezas del país. Han querido tumbar al régimen bolivariano a como haya lugar en múltiples ocasiones. Los últimos acontecimientos señalan con señas y pelos a Los Estados Unidos y su perro faldero, el presidente de Colombia. Han instrumentado una invasión que les ha resultado como cuando a alguien el disparo le sale por la culata. El involucramiento es estos actos terroristas por parte de Los Estados Unidos es clarísimo: hay elementos norteamericanos involucrados y prisioneros en Venezuela; Groudeau, Jefe de la Agencia Terrorista y de Sicarios, se ha reunido con Trump y Guaidó y han decidido la penetración terrorista de Venezuela; hay un contrato firmado por Guaidó, el señalado como traficante de drogas en USA, Juan Orlando Hernández, a quien habrán obligado a firmar so pena de activarle una extradición, el agente propagandístico y de logística electoral de Hernández J.J. Rendón, el abogado de Tony Hernández -convicto Tony en USA por traficar con droga- y un diputado escapado de Venezuela, miembro de la pandilla terrorista que lidera Guaidó, el presidente auto nominado y de metirillas que no ha tenido reparo para retratarse con narcotraficante y sicarios y en reclutar sicarios pagados para el asesinato de Maduro, todo, repito, con el respaldo del gobierno terrorista de Trump y su lame botas, el señor Duque de Colombia, país que vive una situación grave de asesinatos de gente inocente que los militares presentan como guerrilleros para cobrar recompensa y asesinato de los excombatientes que se acogieron al plan de paz, sin olvidar la miseria que asola el campo y los barrios marginales
Para solo mencionar los últimos acontecimientos, en otras latitudes del mundo, los gringos han quemado hectáreas de cultivos de trigo y asesinado a miles de civiles en Siria, y se han apoderado, sin consentimiento del gobierno de Siria ni de las Naciones Unidas, de los pozos petroleros de Siria y roban descaradamente el crudo que no les pertenece. Han permitido que los terroristas presos escapen de las cárceles, les han armado y entrenado para enfrentar al ejército Sirio y a su aliado Rusia.
Terrorismo es lo que Los Estados Unidos de América hacen en Irak. El parlamento ha pedido que los militares yaquis abandonen Irak. Los Estados Unidos, para asegurar su permanencia ilegal, ha fortalecido a los grupos terroristas de DAESH, a quienes entrena, les da armas, medicamentos y alimentos y les insta a realizar, nuevamente, los horripilantes crímenes que ocurrieron al principio de la instalación del Califato.
¿Pero por qué no decir que fue terrorismo norteamericano el asesinato del General Solenami y de otro general Iraquí, en suelo de un país que les es anfitrión? Y ¿no serán actos de terrorismo los frecuentes ataques con misiles a las tropas y ciudades sirias por parte de Israel con el amparo de Los Estados Unidos?
Veamos algunas noticas recientes:
“Kate al-Rekabi, diputado miembro de la Comisión de Seguridad y Defensa del Parlamento de Irak, alertó el sábado de nuevos movimientos sospechosos y peligrosos para reavivar al grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) en la provincia de Salah al-Din, a donde han sido trasladados gran número de extremistas por medio de helicópteros y aviones desconocidos en los últimos días”. Solo Los Estados Unidos podrían proveer helicópteros y aviones.
Un líder de las fuerzas populares denuncia que EE.UU. ayuda a Daesh para lanzar ataques en Irak en línea con sus planes imperiales y para favorecer a Israel.
Las fuerzas iraquíes acusan a EE.UU. de trasladar a los miembros de Daesh de Siria a Irak con el objetivo último de desestabilizar el país árabe y justificar su presencia militar en suelo iraquí en momentos en los que el Gobierno de Bagdad exige la salida de las tropas estadounidenses de su territorio.
Helicópteros de la llamada coalición internacional, liderada por EE.UU., han incendiado unas 20 hectáreas de trigo en la provincia siria de Al-Hasaka. Además, ha indicado que las aeronaves llevaron a cabo vuelos provocativos al aproximarse a las casas y los campos agrícolas, causando pánico y miedo, especialmente entre los niños.
Varios integrantes del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) han huido este domingo de una cárcel controlada por los aliados de EE.UU. en el noreste de Siria.
Un diplomático ruso dice que es contradictorio que EE.UU. pida inspeccionar el laboratorio chino de Wuhan mientras rechaza la Convención sobre Armas Biológicas.
Ahora resulta que Cuba no colabora con el combate al terrorismo. Pero ¿podrá haber más cinismo?
Acusa Los Estados Unidos de terrorismo a Cuba, al país que ha sido el objeto de ataques terroristas durante 60 años, sin contar los actos terroristas que derivaron en la falsa independencia, sometida a un tratado vil, similar al que impusieron a Panamá y que también derivó de la apropiación por la fuerza de la Isla de Puerto Rico y la instalación de la Base Naval en Guatánamo.
Cuba, después de su auténtica independencia, liderada por Fidel, es víctima de las acciones terroristas sostenidas de Los Estados Unidos. Voy a referirme a los más sonados casos: la CIA comenzó a realizar sabotajes en Cuba, quemando cañaverales y centrales azucareros, asesinando educadores voluntarios, bombardeando ciudades y aldea; instrumentalizó a Gutiérrez Menoyo para que se alzara en el Escambray; patrocina, disimulada con una cortina de desinformación la invasión a Playa Girón -los norteamericanos sufren ahí una derrota vergonzante-; en 1963, bloquean la economía, el comercio y exponen a la isla a penurias; en 1975, Posada Carriles tumba un avión de Cubana de Aviación lleno de deportistas, que se dirigía de Caracas a La Habana. Carriles no recibe ninguna sanción, más bien se le autoriza para seguir cometiendo tropelías, como el intento de asesinar a Fidel en Panamá; su colaborador Bosch, es otro traficante del terror que comete tropelías en Cuba y reside, asta su muerte, impunemente en Miami; en 1981, se organiza la Fundación Cubano Americana, una organización criminal que organiza ataques terroristas en Cuba financiados por el gobierno norteamericano, con saldo de miles de cubanos muertos y mucha infraestructura destruida. Fidel fue objeto de múltiples atentados terroristas patrocinados por EEUU.
"Cuba es víctima del terrorismo. Hay una larga historia de actos terroristas cometidos por el Gobierno de EE. UU. Contra Cuba”. Afirma el Director para Estados Unidos de la Cancillería cubana, Carlos Fernández de Cossío.
Entonces, pongámonos claro, ¿quién realmente no contribuye a combatir el terrorismo? ¿Quién es el principal impulsor de actos de terrorismo en el planeta? ¿Quién se niega a aceptar la jurisdicción de la Corte Internacional Penal? ¿Qué país no se adhiere al tratado para prohibir la fabricación de armas biológicas y químicas? ¿Quién irrespeta las resoluciones del Consejo de Seguridad y pone oídos sordos a las de la Asamblea General de la ONU? No cabe otra respuesta: Los Estados Unidos de Norte América. La lista debe encabezarla Trump. Y Quizás con ese nombre se llena y no hace
La historia recoge innumerables actos de terrorismo patrocinados por Los Estados Unidos de América, comenzando con el despojo que los cuáqueros hicieron de las tierras de las cuales eran dueños los indígenas aborígenes. Ellos han arrebatado tierras, han dividido países, mantienen pueblos como colonias, hicieron que Panamá aceptara un tratado que les cedía una faja de territorio para la construcción del canal y una independencia de mentirillas -tratados que no firmó ningún panameño. Tomaron, por la fuerza, extensos territorios a México -de casi la extensión actual de la República Mexicana-, proclamaron la Teoría del Destino Manifiesto y la Doctrina Monroe -una velada auto autorización para decidir el destino de los pueblos de América Latina. Con ese pretexto, derribaron, mediante un acto de cinismo puro, al gobierno democrático de Jacobo Árbenz, dijeron que para combatir el comunismo, en un gobierno que no era comunista, y para restituir la democracia, tumbando un régimen surgido en las urnas, con el respaldo del pueblo guatemalteco. En Nicaragua, con el fin de asegurarse la posibilidad de construir, a través de ese país, un Canal interoceánico, sometieron a ese pobre país a los más indignantes actos de terrorismo y dominación, a través, primero, del Filibustero Williams Walker y luego de malos hijos nicaragüenses, desde Díaz, pasando por la pandilla de los Somoza, hasta la contra, re-insuflada actualmente para desestabilizar a ese país y volverlo a la sacrosanta democracia que EEUU fabrican e imponen.
Chile fue objeto de las acciones terroristas de Los Estados Unidos de América. También vieron una amenaza en el gobierno popular de Salvador Allende. Para colmo lo sustituyeron por una feroz y sanguinaria tiranía, a punta de bala, con el martirologio del Presidente, con un historial de asesinatos, torturas, encarcelamientos, exiliados y persecución encabezada por un vulgar corrupto y asesino llamado Augusto Pinochet, descubierto, después de muerto, como un desvergonzado ladrón más de las arcas públicas de Chile. Actualmente, los norteamericanos dan el respaldo más firme que se puede a Sebastián Piñera, repudiado por el pueblo y que, en las marchas para exigir su renuncia, ha atropellado y asesinado a decenas de mártires. El cinismo llegó a tal grado que, en el mismo Washington, fue brutalmente asesinado Orlando Letelier, ex miembro del gobierno de Allende.
Argentina también fue objeto de manipulación terrorista. Ahí EEUU respaldó una dictadura militar sanguinaria, asesina, torturadora, autora de innombrables crímenes de lesa humanidad, promotora del terrorismo internacional y sede de múltiples asesinatos de personajes como el del chileno, General Prats, ex Jefe de las Fuerzas Armadas, que se ejecuta en contubernio con el asesino Pinochet, cuyo largometraje de que Chile era un ejemplo de crecimiento económico y de democracia se ha tumbado completamente y ha salido a la luz un sistema corrupto que mantiene oprimido a la mayoría de los chilenos.
No olvidar a Brasil, cuyo gobernante actual, fascista puro, se ha elevado a la presidencia tras la destitución ilegal de Vilma Rousseff y su sustitución por un delincuente llamado Temer -con sus aliados, los 40 ladrones-, y el encarcelamiento, también injusto, del expresidente Lula Da Silva, para impedirle que participara en las elecciones que seguro ganaría. Pues este energúmeno que gobierna Brasil es el principal elogiador de los crímenes de la dictadura militar que destituyó al presidente Constitucional Jao Goulart y terminó asesinándolo en Uruguay, en donde estaba exiliado. Los crímenes de los militares, apoyados por Washington, son incalculables.
Y, no será acaso terrorismo, por parte de Los Estados Unidos de América, el golpe en contra de la pequeña Grenada, que impulsaba su desarrollo por una vía independiente. Los marines la invadieron brutalmente, asesinaron al primer ministro Bishop e instalaron un gobierno títere, democrático, para los cánones gringos. Todo el delito cometido por Grenada era tener relaciones con Cuba y construir un aeropuerto para impulsar el turismo.
En Panamá, que realmente fue independiente, por un breve tiempo, desde que Torrijos obliga a los yankees a derogar el Tratado del Canal y logra la promesa de que el Canal volviera a soberanía panameña en el año 2000, había surgido a la seudo independencia mediante la coerción militar terrorista de EEUU en contra de Colombia, país del cual era parte Panamá. La seudo independencia, por tanto, se decide en Washington, y este país queda atado por un tratado que permite la intervención, a discreción del gobierno norteamericano, cuando Los Estados Unidos vea amenazados sus intereses y los del Canal. Esta auto autorización sirvió para mantener a Panamá con la bota en el cuello hasta que apareció el verdadero, el auténtico libertador: Omar Torrijos.
Después del asesinato de Torrijos, perpetrado por la CIA, otro acto de auténtico terrorismo norteamericano, el gobierno yanqui abriga la esperanza de que el General Noriega accederá a la devolución del Canal a la soberanía norteamericana. Como Noriega presenta una férrea resistencia a esa exigencia yanqui, Los Estados Unidos, experto en desinformación, como ocurrió con Guatemala, con Nicaragua y con todos los países a los cuales han atropellado, hizo creer a los panameños que a Noriega había que quitarlo, no por decisión de los panameños, sino mediante la intervención militar sanguinaria que destruyó innumerables bienes en la Ciudad de Panamá y asesinó millares de soldados y civiles. Todavía en Panamá, nuevo es que no les es conveniente, aún creen que la invasión fue necesaria y la justifican con el cuento de que Noriega era un dictador, muy a pesar de que se enfrentó a los norteamericanos que tenían superioridad militar. Esa patraña ha funcionado bien a tal grado que se ha programado el olvido total de Torrijos y de su hazaña libertadora y los gobiernos subsiguientes se han convertido nuevamente en lacayos de EEUU.
En El Salvador, los gringos fueron los sostenedores de los gobiernos militares represivos y violadores de todos los derechos humanos. Estuvieron con su inteligencia –vaya inteligencia- tras los más abominables asesinatos colectivos de gente que únicamente pensaba y exponía sus ideas, como fueron los curas españoles, catedráticos universitarios y del Cardenal Romero. Actualmente EEUU patrocina a un pelele que se ha asegurado, con engañifas, el respaldo popular, pero que ha sacado, peligrosamente, las uñas de futuro y temerario dictador y tirano.
En Ecuador hubo un verdadero acto de terrorismo político, respaldado por la CIA: infiltrar en las filas de la Revolución al discapacitado físico y mental Lenin Moreno, traidor al pueblo, incapaz total, que ha conducido al Ecuador a la pérdida de los logros que había conseguido Correa para su pueblo, a la genuflexión frente a Trump y a la mediatización de la independencia sometida, ahora, al Banco Mundial. Su incapacidad administrativa la desnudó el Covid-19.
En Bolivia, fue manifiesta la mano terrorista de Los Estados Unidos en el derrocamiento de Evo Morales, para instalar una dictadura militar que ha cobrado miles de muertos de los bolivianos opuestos a la mentira y a la dominación yanqui del país.
Mi Honduras, no se ha quedado al margen. Las compañías bananeras se constituyeron en el verdadero poder del país y fueron presidentes sus mequetrefes, entre ellos Manuel Bonilla, Tiburcio Carías, -tirano por 16 años-, el abogado de la United Fruit Co. y golpista Juan Manuel Gálvez, el usurpador Julio Lozano Díaz, los militares golpistas y atracadores del Estado (López Arellano, Melgar Castro y los Jefes del Estado Mayor durante el gobierno ilegal de Juan Orlando Hernández), el farandulero corrupto Rafael Leonardo Callejas -terminó sus días como atracador de la FIFA, preso en Norte América-, el panameño Maduro, y los señalados como narcotraficantes Lobo y Hernández. Todos ellos son autores de asesinatos, persecuciones, encarcelamientos y de múltiples desterrados y desaparecidos con el patrocinio de la inteligencia gringa y sus testaferros de la CIA y de la DEA.
Los Estados Unidos convirtieron a Honduras en un portaviones en favor de los Contras, que no eran más que una banda de criminales, cuya principal permanencia fue en Honduras, en donde se dedicaron a delinquir y a la criminalidad, habiendo dejado al país inundado de armas, AK 47 en manos de los criminales criollos. En esa circunstancia de querer aplastar a Nicaragua, los gringos traficaron con drogas –¡delito del que ahora acusan a Venezuela!- nos impusieron a un criminal como Jefe de las Fuerzas Armadas: el General Gustavo Adolfo Álvarez Martínez, enfermo mental que protagonizó crímenes horripilantes y que estaba dispuesto a ir personalmente en contra de Daniel Ortega. “La campaña de los Contras en oposición al gobierno sandinista incluyó actos frecuentes y generalizados de terrorismo. Las reformas económicas y sociales promulgadas por el gobierno gozaron de cierta popularidad; a raíz de esto, los Contras intentaron obstaculizar estos programas. Estas campañas incluyeron la destrucción de los centros de salud y hospitales que el gobierno Sandinista había establecido, con el fin de alterar su control sobre la población. Asimismo varias escuelas fueron destruidas, ya que la campaña de alfabetización realizada por el gobierno era una parte importante de su política. Los Contras cometieron además numerosos secuestros, asesinatos y violaciones; varios miles de personas, en su mayoría civiles, fueron asesinados y muchos más desaparecidos. Los secuestros y asesinatos fueron un producto de la "Guerra de baja intensidad" que la doctrina Reagan prescribía como una forma para desestabilizar las estructuras sociales y ganar control sobre la población. En algunos casos, tuvieron también lugar matanzas y destrozos indiscriminados. Asimismo llevaron a cabo una campaña de sabotaje económico e interrumpieron el transporte marítimo al plantar minas submarinas en el puerto nicaragüense de Corinto”.
La administración Reagan dio su apoyo imponiendo un embargo comercial total hasta que lograron la instalación de un monigote femenino llamado Violeta de Chamorro. Hace dos años intentaron tumbar el gobierno con una falsa sublevación popular que fue desenmascarada y derrotada por el pueblo. Actualmente han montado una campaña de desinformación acerca del Covid 19: fotografías de muertos en las calles que corresponden a Ecuador y, noticas falsas, tal y como lo hicieron, sin que les resultara nada, en Venezuela. Terrorismo informativo.
Lo que ha pasado con Venezuela no tiene nombre. A la nación bolivariana pareciera que su peor desgracia es que la naturaleza le haya dotado una enorme riqueza petrolera y mineral. Los Estados Unidos quieren adueñarse de esos recursos a toda costa. Quieren volver a los regímenes democráticos dirigidos por sus lacayos, en los que el petróleo iba, casi regalado, a Los Estados Unidos, y en el país solo quedaban la pringas que generaban miseria, hambre y poco desarrollo no compatible con las riquezas del país. Han querido tumbar al régimen bolivariano a como haya lugar en múltiples ocasiones. Los últimos acontecimientos señalan con señas y pelos a Los Estados Unidos y su perro faldero, el presidente de Colombia. Han instrumentado una invasión que les ha resultado como cuando a alguien el disparo le sale por la culata. El involucramiento es estos actos terroristas por parte de Los Estados Unidos es clarísimo: hay elementos norteamericanos involucrados y prisioneros en Venezuela; Groudeau, Jefe de la Agencia Terrorista y de Sicarios, se ha reunido con Trump y Guaidó y han decidido la penetración terrorista de Venezuela; hay un contrato firmado por Guaidó, el señalado como traficante de drogas en USA, Juan Orlando Hernández, a quien habrán obligado a firmar so pena de activarle una extradición, el agente propagandístico y de logística electoral de Hernández J.J. Rendón, el abogado de Tony Hernández -convicto Tony en USA por traficar con droga- y un diputado escapado de Venezuela, miembro de la pandilla terrorista que lidera Guaidó, el presidente auto nominado y de metirillas que no ha tenido reparo para retratarse con narcotraficante y sicarios y en reclutar sicarios pagados para el asesinato de Maduro, todo, repito, con el respaldo del gobierno terrorista de Trump y su lame botas, el señor Duque de Colombia, país que vive una situación grave de asesinatos de gente inocente que los militares presentan como guerrilleros para cobrar recompensa y asesinato de los excombatientes que se acogieron al plan de paz, sin olvidar la miseria que asola el campo y los barrios marginales
Para solo mencionar los últimos acontecimientos, en otras latitudes del mundo, los gringos han quemado hectáreas de cultivos de trigo y asesinado a miles de civiles en Siria, y se han apoderado, sin consentimiento del gobierno de Siria ni de las Naciones Unidas, de los pozos petroleros de Siria y roban descaradamente el crudo que no les pertenece. Han permitido que los terroristas presos escapen de las cárceles, les han armado y entrenado para enfrentar al ejército Sirio y a su aliado Rusia.
Terrorismo es lo que Los Estados Unidos de América hacen en Irak. El parlamento ha pedido que los militares yaquis abandonen Irak. Los Estados Unidos, para asegurar su permanencia ilegal, ha fortalecido a los grupos terroristas de DAESH, a quienes entrena, les da armas, medicamentos y alimentos y les insta a realizar, nuevamente, los horripilantes crímenes que ocurrieron al principio de la instalación del Califato.
¿Pero por qué no decir que fue terrorismo norteamericano el asesinato del General Solenami y de otro general Iraquí, en suelo de un país que les es anfitrión? Y ¿no serán actos de terrorismo los frecuentes ataques con misiles a las tropas y ciudades sirias por parte de Israel con el amparo de Los Estados Unidos?
Veamos algunas noticas recientes:
“Kate al-Rekabi, diputado miembro de la Comisión de Seguridad y Defensa del Parlamento de Irak, alertó el sábado de nuevos movimientos sospechosos y peligrosos para reavivar al grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) en la provincia de Salah al-Din, a donde han sido trasladados gran número de extremistas por medio de helicópteros y aviones desconocidos en los últimos días”. Solo Los Estados Unidos podrían proveer helicópteros y aviones.
Un líder de las fuerzas populares denuncia que EE.UU. ayuda a Daesh para lanzar ataques en Irak en línea con sus planes imperiales y para favorecer a Israel.
Las fuerzas iraquíes acusan a EE.UU. de trasladar a los miembros de Daesh de Siria a Irak con el objetivo último de desestabilizar el país árabe y justificar su presencia militar en suelo iraquí en momentos en los que el Gobierno de Bagdad exige la salida de las tropas estadounidenses de su territorio.
Helicópteros de la llamada coalición internacional, liderada por EE.UU., han incendiado unas 20 hectáreas de trigo en la provincia siria de Al-Hasaka. Además, ha indicado que las aeronaves llevaron a cabo vuelos provocativos al aproximarse a las casas y los campos agrícolas, causando pánico y miedo, especialmente entre los niños.
Varios integrantes del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) han huido este domingo de una cárcel controlada por los aliados de EE.UU. en el noreste de Siria.
Un diplomático ruso dice que es contradictorio que EE.UU. pida inspeccionar el laboratorio chino de Wuhan mientras rechaza la Convención sobre Armas Biológicas.
Ahora resulta que Cuba no colabora con el combate al terrorismo. Pero ¿podrá haber más cinismo?
Acusa Los Estados Unidos de terrorismo a Cuba, al país que ha sido el objeto de ataques terroristas durante 60 años, sin contar los actos terroristas que derivaron en la falsa independencia, sometida a un tratado vil, similar al que impusieron a Panamá y que también derivó de la apropiación por la fuerza de la Isla de Puerto Rico y la instalación de la Base Naval en Guatánamo.
Cuba, después de su auténtica independencia, liderada por Fidel, es víctima de las acciones terroristas sostenidas de Los Estados Unidos. Voy a referirme a los más sonados casos: la CIA comenzó a realizar sabotajes en Cuba, quemando cañaverales y centrales azucareros, asesinando educadores voluntarios, bombardeando ciudades y aldea; instrumentalizó a Gutiérrez Menoyo para que se alzara en el Escambray; patrocina, disimulada con una cortina de desinformación la invasión a Playa Girón -los norteamericanos sufren ahí una derrota vergonzante-; en 1963, bloquean la economía, el comercio y exponen a la isla a penurias; en 1975, Posada Carriles tumba un avión de Cubana de Aviación lleno de deportistas, que se dirigía de Caracas a La Habana. Carriles no recibe ninguna sanción, más bien se le autoriza para seguir cometiendo tropelías, como el intento de asesinar a Fidel en Panamá; su colaborador Bosch, es otro traficante del terror que comete tropelías en Cuba y reside, asta su muerte, impunemente en Miami; en 1981, se organiza la Fundación Cubano Americana, una organización criminal que organiza ataques terroristas en Cuba financiados por el gobierno norteamericano, con saldo de miles de cubanos muertos y mucha infraestructura destruida. Fidel fue objeto de múltiples atentados terroristas patrocinados por EEUU.
"Cuba es víctima del terrorismo. Hay una larga historia de actos terroristas cometidos por el Gobierno de EE. UU. Contra Cuba”. Afirma el Director para Estados Unidos de la Cancillería cubana, Carlos Fernández de Cossío.
Entonces, pongámonos claro, ¿quién realmente no contribuye a combatir el terrorismo? ¿Quién es el principal impulsor de actos de terrorismo en el planeta? ¿Quién se niega a aceptar la jurisdicción de la Corte Internacional Penal? ¿Qué país no se adhiere al tratado para prohibir la fabricación de armas biológicas y químicas? ¿Quién irrespeta las resoluciones del Consejo de Seguridad y pone oídos sordos a las de la Asamblea General de la ONU? No cabe otra respuesta: Los Estados Unidos de Norte América. La lista debe encabezarla Trump. Y Quizás con ese nombre se llena y no hace
falta más. El cinismo puro. 18 de mayo de 2020, Tegucigalpa.
VICTOR RAMOS
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