martes, 4 de junio de 2019





Este martes suma el sexto día consecutivo en el que galenos, docentes, estudiantes y pueblo en general, han salido masivamente en distintos puntos del país a pedir la renuncia del gobernante Juan Hernández y en defensa del derecho a la salud y la educación como responsabilidad del Estado.

Hace una década, la sociedad se moviliza y protesta de manera permanente  y diversa, desde la Resistencia a los Indignados; por último surgió la Marcha de las Antorchas que ha renacido y se moviliza todos los viernes; la lucha gremial de médicos y maestros repuntó la lucha social y, aunque haya sectores que pueden arreglar con el régimen, la mayoría seguirá en las calles como ha ocurrido en los últimos diez años.

Esta día, fue extraño, la tradicional represión por parte de los antimotines estuvo ausente en la nutrida movilización, sin embargo Defensores de los Derechos Humanos reportaron al menos 40 infiltrados que estarían causando caos en las pacificas movilizaciones, buscando la acción de antimotines.

Redacción Central / EL LIBERTADOR

Tegucigalpa. “Fuera JOH, Salud y educación gratuita”, es el lenguaje que la última semana ha hablado Honduras.- Por sexto día consecutivo, continuaron este martes las concurridas actividades de tomas y protestas en la mayor parte del territorio hondureño. En San Pedro Sula, los conductores del transporte urbano se unieron a las acciones en acompañamiento a la convocatoria de la Plataforma por la Defensa de Salud y Educación.

A la vez, una gigantesca movilización cruzó la capital hondureña, salió a eso de las 10:00 de la mañana desde el portón principal de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) hacia los predios del Hospital Escuela Universitario (HEU), exigiendo la verdadera eliminación de decretos creados por el gobierno con la pretensión, según afirman, de privatizar lo que queda de público de la educación y salud de Honduras.

A pesar que el pasado domingo el mandatario Hernández anunció por medio de cadena nacional la derogación de los decretos legislativos, o decretos de emergencia constituidos por Presidencia en Consejo de Ministros (PCM) y la creación de dos nuevos para estos sectores, las bases magisteriales y de médicos rechazaron esta decisión y aseguraron que no hubo representación legítima en la firma de los nuevos decretos, ya que quienes firmaron el documento para la creación de las nuevas leyes no estaban autorizadas, ya que son ajenas a las bases de esos gremios.

Este día, el verdadero liderazgo de la plataforma ciudadana de médicos y maestros no llegó al diálogo que había convocado el gobierno de Hernández, y éste se vio obligado a suspenderlo y a pedir disculpas a las organizaciones que ya habían anunciado su presencia en las mesas donde sentaría a las partes que lo confrontan para desmovilizar la ciudadanía que todos los días protesta cada vez más en diferentes parte del territorio nacional.

Extrañamente en Tegucigalpa no ocurrió la habitual represión de los cuerpos antimotines, mucha gente ya se acostumbró a superar los efectos de los cada vez más potentes gases tóxicos de Israel, de donde importa las bombas lacrimógenas el régimen Hernández; los hondureños en el norte no tuvieron la misma suerte, en la colonia Fesitranh, uniformados lanzaron gases lacrimógenos a las personas que acuerpaban la toma de calle.

El pueblo hondureño ha estado presente en cada actividad de protesta con el objetivo de la salida del poder del actual mandatario. La quema de la entrada principal de la embajada de Estados Unidos, el cierre de la empresa Standard Fruit Company con 60 contenedores calcinados y la quema de dos carros de procedencia estadounidenses, crea un ambiente de hipótesis sobre los semanas o días que podrían quedarle aferrado al cargo a Juan Hernández.

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