LA PARTIDA DE LA HEROINA Y MI ANGEL
En el año de 1966 fue tremendo para mi, dio inicio la partida de la Heroína (tal como la califico su hijo menor) el Ángel que me cuido desde mi corta edad, creo que no había Ángel como este. En los primeros dias de noviembre de este año fuimos como de costumbre al Cementerio a coronar, alli llegaron unas señoras amigas de ella y se pusieron a platicar, a una le dijo aparte que yo no oyera, pero siempre oí: creo que ya me voy a ir y donde voy a quedar (le dijo el nombre pero no recuerdo) me penetró una honda tristeza en mi corazon, sentí un hoyo en mi estomago y le pregunte para donde se iba a ir, y me dijo que “ para la casa a hacer el almuerzo”. Por los dias 18 y 20 se murió una gran amiga de ella, y le rezaban en la iglesia los nueve dias acostumbrados, y como siempre me iba con ella por no quedarme con yaya; como a las cinco de la tarde del ultimo día de la novena de la amiga; me dijo: - Decile a Rosa que voy a llegar despues, que tenga la cena lista - y a mi: - andate para la casa porque le voy a arreglar las flores a San José -, yo no quería irme y me replicó : - muchacho testarudo, hace caso pasa por donde doña Lola que ella ya sabe – (el que sabia doña Lola nunca lo supe).
Bueno, pero antes de eso llego mi tío el Doctor y otra gente que no recuerdo y se fueron para el picacho seria a pasear durante esa tarde. Como a las 6 de la tarde de ese fatídico 26 de noviembre de 1966 a mi edad de 10 años y en mi 4º. Grado en la escuela; yo estaba jugando con un carrito de madera y yaya en la cocina, sentí un olor como a las flores blancas que mi abuela llevaba al cementerio, cuando alguien toco a la puerta, era un señor de gorra que conducía no estoy seguro una cucarachita y llevaba en hombros a mi abuela casi desmayada; yo apartaba el carrito del pasillo y le decía: mama ponga bien los pies que se va a caer, en eso yo le grite a yaya y ella le pidió auxilio a alguien que no recuerdo, quienes la tomaron y la llevaron al cuarto donde dormíamos, yo le decía llorando: - Mamacita que le pasa, míreme,-, ella recostada Sobre su cama solo decía: - ME MUERO, ME MUERO – de su nariz y su boca salía una espuma entre blanca y amarilla, yaya la limpiaba con un pañuelo; despues no se quien se la llevo al Hospital La Policlínica, no se quien estuvo tratando de controlar a mi tío el Doctor porque andaba de paseo, (solo este recuerdo me hace ponerme triste y no me van a creer que estoy llorando, me tiemblan hasta las piernas).
Seguidamente alguien llegó no se si fue paco, no recuerdo porque todo fue tan rápido, diciendo que mi abuela había muerto; no estoy seguro si me desmayé pero alguien me contó que Paco todo nervioso me tomo en sus brazos y despues no recuerdo nada, cuando desperté estaba en la casa de doña Noemi Valladares, me levante y me puse la ropa y me salio Francis al paso y le dije: - ya me voy para donde mi mama - ; -espérate acá esta también Francisco y el te va a llevar me dijo- y alli estuve llorando todo el santo día y doña noemi contemplándome, diciéndome que mi abuela se había ido al cielo y que desde allá me cuidaba. Junto a la hermana de mi abuela fuimos los únicos testigos de este trance.
En horas de la tarde subimos a la terraza con Francis y la hermana menor de quien no recuerdo su nombre y observé como sacaban el ataúd de mi abuela y lo introducían a un carro, un montón de flores, mi papa, toda mi familia y yo con una gran desesperanza de no verla por ultima vez; vi en mi existencia en ese momento un abrumador futuro, una tristeza profunda de que mi vida ya no seria igual sin mi abuela, sin mi mamá ; con mis ojos desencajados y con el recuerdo de lo que un día me dijo la esposa de mi papa y la respuesta de mi abuela a mi inquietud de ese momento, se estaba cumpliendo.
Cuando regresé a la casa, paco me llevó, solo estaban cuatro candelabros, un montón de flores y la fotografía de quien era y fue siempre mi mamá, mi abuela adorada, la heroína de mi tío el Doctor; pero esto fue como dos o tres dias despues (cuando la marea bajo según ellos), tambien había un vaso con agua y sillas para los rezadores.
De ese tiempo para allá, me quedé viviendo en la casa con mi tío el Doctor y su esposa, ya tenían creo dos hijos; uno se llama como un tío ya fallecido en los Estados Unidos y otro como un tío de mi papa que era musico y ciego que vivía en Guatemala. Yo seguía mis dias en la escuela, mis tíos se portaron a las mil maravillas conmigo aunque yo me seguía orinando en la cama con el recuerdo de mi abuela y la sentencia.
MI abuela se caracterizo por ser una mujer de temple, excelente madre y hermana; de un espiritu emprendedor y un carácter único; con dones especiales como el de servir, ayudadora, hospitalaria, muy buena amiga ante todo y aguantadora de los desastres de este su nieto quien escribe; aun recuerdo cuando usaba su mota y sus talcos, yo le ayudaba a ponérselo en su cara y hasta se me caía el polvo tan oloroso que ella usaba cada vez que salíamos, ella solo se reía; me arreglaba el calzón corto y me metía “las faldas”. El nombre de mi abuela PETRONA MONCADA IRIAS está escrito con letras de oro en el libro que Dios le proveyó en toda su ejemplar vida y hoy mora en nuestro recuerdo como una verdadera HEROINA como la calificó su hijo menor, mi tío el Doctor.
Mi Libro Vivir es Vivir, para mi es la máxima expresión con aquellas personas que han dado todo para que otros seamos felices; mi Dios se acuerde de mi abuela Tona en su infinita misericordia allá donde ya no hay dolor, ni sed, ni hambre, ni calor; donde todo es color de rosa en la Santa Fragancia del Señor. Con la partida de mi abuela se abre la primera página de esta obra; una página llena de amor y felicidad, que aunque ella se haya ido tambien se inicia para mí la primera etapa del propósito de Dios en mi vida.
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