EPILOGO
EL PRIMER DESENLACE
La primera navidad sin mi abuela fue muy triste. Yo pensé que la sentencia nunca se cumpliría porque vivía con mi tío el Doctor y su familia, con Paco y con yaya por supuesto. Recuerdo que la esposa de mi tío realizaba los quehaceres de la casa y yo siempre le ayudaba con algunos mandados, y a cuidar de su hijo menor que era poco para comer; o con yaya al mercado; en las tardes me iba a la casa de los Valladares Leitzelar o a la pulpería de doña Lola, o bien a la casa de doña Elena Selva o donde Toñita Fuentes que lloraba amargamente la partida de su mejor amiga (siempre visitando viejitas).
Un año despues, mi tío el doctor y su esposa, hablaron conmigo sobre algo; - Mira nancito, nosotros te queremos mucho pero vamos a dejar esta casa porque vamos a vivir a parte con mi familia y para cuidar a yaya y es necesario que vivas con tu papa, para que lo conozcas mejor y a tus otros hermanos; te vas a sentir bien allá, aquí no hay niños de tu edad y con tu papa si, pues alli están tus otros hermanos- Yo solo me puse a llorar y decirles que me iba a portar bien, que no me dejaran solo pero fue imposible; recuerdo que me fui donde Toñita y le conté y ella no me dijo nada y me dio una taza de leche con unas galletas que mi abuela me daba ( alli conocí a Quetia la hermana de Toñita), me fui de nuevo a la casa y alli estuve haciendo mis tareas del quinto grado, cuando de repente apareció la esposa de mi papa con mi hermana (la primera hija de mi papa) y venia expresamente a traerme y me replico: -hoy si te vas, vas a estar mejor con nosotros no te preocupes, siempre vas a ir a la escuela – yo lloraba amargamente diciéndole a la “Muñequita Linda” la esposa de mi tío el Doctor que no me dejara ir, pero ella solo me diò un beso en la frente; ellos se mudaron a la colonia Alameda.(Hay veces que medito que por eso no visito a mi tío el Doctor).
Así salí de aquella casa llena de ensueños y aventuras, dejando atrás los años mas felices de mi infancia; de mi vida al lado de mi abuela, los regaños de yaya, las molestias de paco, del conejon Adan, del cascarrabias del tío Luis, del palo de mangos y el perico que se murio.
Ha sido satisfactorio para mi haber compartido con mis audiencias inesperadas parte de mi vida infantil junto a mi abuela; despues de estas escribiendo tanto ajetreo politico, que mas bien se enferma uno mentalmente, que uno quisiera que hicieran las cosas como uno quiere, pero yo se que es imposible, bueno gracias a quienes tuvieron la paciencia de leerme.
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